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domingo, 25 de diciembre de 2011

MENSAJE DE FIN DE AÑO

…”la tarea que tenemos por delante hasta que se nos agoten las fuerzas, es hacer renacer en cada uno de nosotros un ser distinto, más elevado, más consciente y así mismo construir un mundo y una humanidad distinta, regida por principios de amor, bondad, compasión, justicia e igualdad. Son estas las verdaderas conquistas para el Espíritu Humano, todo lo demás, lo material habrá de quedar aquí cuando nos hayamos ido”.
Con estas palabras terminé, si lo recuerdan, el mensaje que les envié hace un año, y es que pensando en las que ahora comienzo a escribir, se me apareció de pronto ese escrito y justo ese último párrafo que consideré apropiado e invitarlos a reflexionar antes de hacer el inventario acostumbrado cuando finaliza un año más. En consecuencia les pregunto a todos ustedes ¿Cómo les acabó de ir? ¿Cómo transcurrió su año? Al respondernos debemos ser sinceros, de nada vale hacernos trampa a nosotros mismos. Si la tarea que nos hemos impuesto quienes asistimos al Proceso de Vida ó quienes realizan alguna clase de búsqueda espiritual, es la de hacernos impecables, elevándonos de manera consciente para trascender las limitaciones propias del mundo ordinario y conectarnos definitivamente con la Consciencia Divina, si nuestra propuesta de trabajo personal es practicar de manera constante la Alquimia Mental, y transmutar todo aquello que vemos como negativo no solo en los demás, sino en nosotros, transformar todo aquello que percibimos como inadecuado en quienes nos rodean, acabar de manera contundente con la crítica y los juicios que nos hacemos a sí mismos y a nuestros congéneres… ¿Qué podemos entonces contestar?, ¿Lo logramos?, ¿Avanzamos tan siquiera un poco en el sendero? ¿O dejamos que la ceguera propia de quienes transitan inconscientemente por la vida nos obnubilara?
Si sientes que el año pasó sin dejar huella, cuestiónate seriamente sobre el sentido que la vida tiene para ti y si el ánimo que te acompaña sigue siendo el deseo de mejorar, de llegar a ser una mejor persona, entonces propóntelo pidiendo mucha fuerza de voluntad para llevar a cabo la tarea, nadie ha dicho que sea fácil, pero tampoco es imposible. Pero si al contrario puedes ver tus logros, eres una persona que finalmente se levantó de entre los escombros del camino, y dejo tras de sí los despojos del pasado, y restaño sus heridas, y disolvió sus odios, y se perdonó y perdonó sinceramente, ¡ah! ten cuidado entonces, no te llenes de soberbia, ni te creas que has tomado el cielo a dos manos. Al contrario la tarea dura empieza, las pruebas serán de una mayor magnitud y habrá mucho trabajo que hacer. Debes demostrar que de verdad eres consistente y consecuente, que permanecerás de pie y firme ante la adversidad.
El sendero es tan sencillo o complicado como lo queramos ver y entender. En realidad mi experiencia me dice que no hay demasiado que podamos ver o entender. Se trata de sentir, de experimentar, de vivir. Se trata de SER.
En estas épocas son muchas las personas que están enredadas en el mundo fenomenológico de las creaciones mentales y ensoñaciones propias o de los demás. Pobres de ellas, son como veleros tratando de navegar sin brújula en el mar de los Sargazos, deben tener mucho cuidado con esto porque hay quienes se aprovechan de los incautos, conduciéndolos incluso a estados de locura ó a la muerte. Hay quienes están escondiendo sus propias adicciones en muchas de las prácticas que están tan de moda hoy en día, y el asunto no se trata entonces del despertar a una nueva consciencia sino de evadirse de una realidad que no han querido aprender a manejar. Es un gran negocio el que se está haciendo alrededor de todo esto. Así que quien tenga ojos para ver que vea y oídos para escuchar que escuche.
Cada uno de ustedes debe discernir en su corazón la clase de sendero que quiere recorrer. Los hay sencillos, diáfanos, llenos de luz, de bondad y compasión; los hay sombríos y lo suficientemente enmarañados para que quienes allí llegan se confundan, creen dependencias y así sean fácilmente manipulables. “Hay de todo en la viña del Señor” dice la sabiduría popular por eso vale la pena recordar las palabras de don Juan a Carlos Castaneda cuando le preguntó al respecto: …”si el camino tiene corazón ese es el camino”.
Como se ha insistido de tiempo atrás nada permanece, todo cambia, un ciclo termina y otro se inicia y se debe intensificar el trabajo a nivel personal, aunque hay quienes rápidamente, de forma espontánea se convierten en arúspices y pretenden arreglarle los problemas a otras personas a pesar de ser incapaces de organizar sus propias vidas. La caridad comienza por casa, dice el adagio popular y es importante preocuparse por construir el templo propio y trabajar con juicio a nivel personal, prepararse, fortalecerse, formarse y después si trabajar con los demás de una forma responsable.
Hace dos mil años un mensaje de amor, bondad, compasión y humildad llegó a darle forma a una visión diferente de lo espiritual y lo divino, el mensaje se pervirtió porque los encargados de difundirlo y que se abrogaron el derecho de hacerlo, a través del tiempo se dedicaron más bien a cuidar del poder terrenal y sus intereses personales; hasta guerras santas se ingeniaron; de no ser por Lutero que anheló siempre un Dios compasivo que lo amase, y al que él pudiera amar, aún tendrían prohibido el Nuevo Testamento, porque les interesaba más bien ostentar su poderío a través del miedo y la intimidación, la amenaza del fuego eterno y la inquisición.
Era adecuado preservar la idea del dios vengativo, amenazante y castigador. El mensaje que legó Jesús cambió totalmente ese panorama, le fue en ello la vida y por eso es necesario que entendamos cual es el verdadero alcance de nuestro trabajo. Se llama amor incondicional. ¿Será que sí amamos a nuestro Padre Celestial más que a cualquier persona, más que a cualquier otra cosa? ¿Será que podemos considerarnos seres verdaderamente compasivos?
El Mahatma Gandhi acuñó el término “Satyagraha” que se empobreció con la versión occidentalizada de “la no violencia”. La resistencia pacífica va mas allá y está imbuida en la capacidad espiritual que consiste, si es que se puede describir de esta forma, en recibir todo el daño, toda la crítica, todo el dolor que otros puedan infringirnos permaneciendo impasibles, más bien trasmutando todo ese sufrimiento, a través de la comprensión y aceptación de que, quién nos lo proporciona sencillamente es ignorante de aquello que nosotros ya sabemos y eso, nos permite hacer ejercicio de la compasión, y no juzgamos, no nos quejamos, como diría el padre Ignacio Larrañaga, llegamos a la aceptación. Al abandonarnos, al no tener miedos de ninguna clase encontramos la paz, y como no juzgamos estamos perdonando de antemano.
De todo esto nos habla el conocimiento hermético, utilizando otro lenguaje, menos místico quizás, pero la idea central del trabajo a realizar es esa. Transmutación. La renovación total.
Los espero el diez de enero en nuestro “Proceso de Vida”, mientras, les envío todo mi amor y mis deseos por que la Luz del Espíritu Divino los cubra y los llene de bendiciones en esta Navidad y que el próximo año sea lleno de esperanza, bienestar, amor y paz.
GONZALO

martes, 11 de octubre de 2011

El cuento de la otra vida



Qué tan segura es el rechazo a cualquier trascendencia de Hawking en su reciente 'El gran diseño'.
El gran astrofísico británico Stephen Hawking acaba de expresar su opinión de que la creencia en otra vida no es más que "un cuento de hadas" motivado por nuestro miedo a la muerte. Esta idea, por supuesto, no es una revelación genial; es lo mismo que muchos han dicho hace centenares de años y es, además, lo más obvio: ¿cómo puede existir alguna actividad consciente después de que el cerebro se ha destruido? Pero el respeto casi supersticioso que en nuestra cultura generan las creencias de los científicos hace que muchos incrédulos se froten las manos creyendo que la ciencia ha demostrado que no existe la supuesta vida post mórtem. Se olvidan que las opiniones de un científico valen tanto como las de cualquier otro en temas que no conoce y que la historia de la ciencia registra graves errores de brillantes científicos: Lavoisier no creía en meteoritos porque "en el cielo no hay piedras", y Rutherford, uno de los fundadores de la teoría atómica, no creía posible liberar la energía del átomo. Los ejemplos son innumerables y demuestran que, aun en casos de su competencia, los científicos, por ilustres que sean, se equivocan constantemente y lo hacen con no disimulado dogmatismo. Una vez más: la ausencia de prueba no es prueba de ausencia. Es claro que no hay ninguna demostración científica sobre la existencia del alma y sobre su supervivencia después de la muerte. Pero si hay, para quien los estudie sin resistencias emocionales, muchos hechos comprobados que sugieren con fuerza, esta posibilidad. Consideremos, por ejemplo, las exhaustivas investigaciones de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas de Londres y su filial americana para aceptar al menos que no es imposible que la personalidad humana sobreviva a la muerte; porque de otra manera es muy difícil explicar los conocimientos detallados sobre la vida de los difuntos que tenía una médium espiritista como Eleonora Piper, estudiada asiduamente por más de 30 años por eminentes científicos como William James. ¿Y cómo explicar, por ejemplo, los recuerdos de vidas pasadas con innumerables detalles comprobados que investigó rigurosamente Ian Stevenson en más de mil 500 casos que reposan en los archivos de la Universidad de Virginia? Y qué decir del caso de personas cuyo cerebro ya no registra ninguna actividad que relatan luego, al recuperar sorpresivamente su normalidad, hechos detallados de su entorno ocurridos cuando estaban totalmente inconscientes, según investigaciones como las de Stuart Hameroff? Todas las ciencias se basan en comprobaciones indirectas y en vacilantes hipótesis. Nadie ha visto las últimas partículas subatómicas ni lo que existe en el interior de un agujero negro, tan estudiado por Hawking, en el cual todas las leyes de la física colapsan en lo que llaman una singularidad. Si hay energías incorpóreas y si hay al menos 11 dimensiones según la llamada teoría M, como explica Hawking en 'El gran diseño', su último libro, ¿por qué es irracional la creencia de que una energía incorpórea pase a otra dimensión? Ya lo había dicho, maravillado ante la complejidad del mundo, Bohr: "Solo una teoría suficientemente extraña puede ser cierta". Hay muchos interrogantes, pero ante todo dos cosas deben considerarse : primera, que nuestra mente es fundamentalmente una estructura de energía e información que se vale del cerebro para expresarse en tres dimensiones, lo mismo que el hardware sirve de soporte material a los programas, pero estos pueden subsistir como tales sin dicho soporte; como expresó Fred A. Wolfe, destacado físico teórico: "La mente no está en el cerebro, el cerebro no está en la mente" y segundo, que existen, como se ha mencionado, varias dimensiones que eventualmente podrían albergar dicha estructura de energía e información después de que esta deje de operar en nuestra realidad tridimensional. Recordemos que uno de los grandes sabios creadores de la física cuántica, Erwin Schródinger, se atrevió a decir: "La ciencia en su etapa actual sugiere que la mente es indestructible por obra del tiempo". Al morir, Hawking posiblemente podrá comprobar, con sorpresa, que su mente se encuentra en otra dimensión, o tal vez en una singularidad metafísica.

GONZALO ECHEVERRI URUBURU

Publicación eltiempo.com
Sección Otros
Fecha de publicación 3 de agosto de 2011
Autor GONZALO ECHEVERRI URUBURU

jueves, 18 de agosto de 2011

DIEZ PASOS PARA SENTIRSE MÁS CONSCIENTE

1. Escucha la sabiduría de tu cuerpo, que se expresa por señales de comodidad e incomodidad. Cuando elijas cierta conducta, pregunta a tu cuerpo que siente al respecto. Si tu cuerpo envía una señal de inquietud física o emocional, ten cuidado. Si tu cuerpo envía una señal de comodidad y anhelo, procede.

2. Vive en el presente, que es el único momento que tienes. Mantén tu atención en lo que existe aquí y ahora; busca la plenitud en todo momento. Acepta lo que viene a ti total y completamente para que puedas apreciarlo y aprender de ello; luego déjalo pasar. El presente es como debe ser. Refleja infinitas leyes de la Naturaleza que te han traído hasta este pensamiento exacto, esta reacción física precisa. Este momento es como es porque el Universo es como es. No luches contra el infinito esquema de las cosas; por el contrario, sé uno con él.

3. Dedica tiempo al silencio, a meditar, a acallar el diálogo interior. En momentos de silencio, cobra conciencia de que estás recontactándote con tu fuente de conciencia pura. Presta atención a tu vida interior para que puedas guiarte por tu intuición, antes que por interpretaciones impuestas desde fuera sobre lo que conviene o no te conviene.

4. Renuncia a tu necesidad de aprobación externa. Sólo tú eres el juez de tu valer; tu meta es descubrir el infinito valor de ti mismo, sin dar importancia a lo que piensen los demás. Al comprender esto se logra una gran libertad.

5. Cuando te descubras reaccionando con enojo u oposición ante cualquier persona o circunstancia, recuerda que sólo estás luchando contigo mismo. Presentar resistencia es la reacción de las defensas creadas por viejos sufrimientos. Cuando renuncies a ese enojo te curarás y cooperarás con el flujo del universo.

6. Recuerda que el mundo de allí fuera refleja tu realidad de aquí dentro. Las personas ante las cuales tu reacción es más fuerte, sea de amor u odio, son proyecciones de tu mundo interior . Lo que más odias es lo que más niegas en ti mismo. Lo que más amas es lo que más deseas dentro de ti. Usa el espejo de las relaciones para guiar tu evolución. El objetivo es un total conocimiento de uno mismo. Cuando lo consigas, lo que más desees estará automáticamente allí; lo que más te disgusta desaparecerá.

7. Libérate de la carga de los juicios. Al juzgar impones el bien y el mal a situaciones que simplemente son. Todo se puede entender y perdonar, pero cuando juzgas te apartas de la comprensión y anulas el proceso de aprender a amar. Al juzgar a otros reflejas tu falta de autoaceptación. Recuerda que cada persona a la que perdones aumenta tu amor a ti mismo.

8. No contamines tu cuerpo con toxinas, ya sea por la comida, la bebida o por emociones tóxicas. Tu cuerpo no es sólo un sistema de mantenimiento de la vida. Es el vehículo que te llevará en el viaje de tu evolución. La salud de cada célula contribuye directamente a tu estado de bienestar, porque cada célula es un punto de conciencia dentro del campo de la conciencia que eres tú.

9. Reemplaza la conducta que motiva el miedo por la conducta que motiva el amor. El miedo es un producto de la memoria, que mora en el pasado. Al recordar lo que nos hizo sufrir antes, dedicamos nuestras energías a asegurarnos de que el antiguo sufrimiento no se repita. Pero tratar de imponer el pasado al presente jamás acabará con la amenaza del sufrimiento. Eso sólo ocurre cuando encuentras la seguridad de tu propio ser, que es amor. Motivado por la verdad interior, puedes enfrentarte a cualquier amenaza, porque tu fuerza interior es invulnerable al miedo.

10. Comprende que el mundo físico es sólo el espejo de una inteligencia más profunda. La inteligencia es la organizadora invisible de toda la materia y toda la energía; como una parte de esta inteligencia reside en ti, participas del poder organizador del cosmos. Como estás inseparablemente vinculado con el todo, no puedes permitirte el contaminar el aire y el agua del planeta. Pero en un plano más profundo, no puedes permitirte el vivir con una mente tóxica, porque cada pensamiento crea una impresión en el campo total de la inteligencia. Vivir en equilibrio y pureza es el más elevado bien para ti y para la Tierra.

martes, 26 de julio de 2011

El Aguila


El águila es una de las aves de mayor longevidad.  Llega a vivir 70 años. Pero  para llegar a esa edad, en su cuarta década tiene que  tomar una seria y difícil decisión. 
A los 40 años, ya sus uñas se volvieron tan largas y flexibles que no puede sujetar a las presas de las cuales se alimenta. El pico alargado y en punta, se curva demasiado y ya no le sirve. Apuntando contra el pecho están las alas, envejecidas y pesadas en función del gran  tamaño de sus plumas, y para entonces, volar se vuelve tan difícil! 
Entonces, tiene sólo dos alternativas: Dejarse estar y morir... o enfrentar un doloroso proceso de renovación que le llevará aproximadamente 150 días. Ese proceso consiste en volar a lo  alto de una montaña y recogerse en un nido, próximo a un paredón  donde ella no necesita volar y se siente más protegida.  Entonces, una vez encontrado el lugar adecuado, el águila comienza  a golpear la roca con el pico ¡hasta arrancarlo! Luego espera que le  nazca un nuevo pico con el cual podrá arrancar sus viejas con el  cual podrá arrancar sus viejas uñas inservibles. Cuando las nuevas  uñas comienzan a crecer, ella desprende una a una, sus viejas y  sobrecrecidas plumas. Y recién después de todos esos largos y  dolorosos cinco meses de heridas, cicatrizaciones y crecimiento,  logra realizar su famoso vuelo de renovación, renacimiento y festejo para vivir otros 30 años más. 
En nuestra vida también nos toca vivir procesos de reconversión,  o sufrir la pena de sucumbir. Tenemos que resguardarnos por algún  tiempo, meditar largamente y someternos a grandes sacrificios de desprendimiento, para desarrollar los cambios (de modo semejante  al del águila), y luego ser capaces de recomenzar nuestra  vida con nuevos bríos y esperanzas. 
Durante ese tiempo reflexionaremos sobre los pesados recuerdos; remordimientos o culpas, malos hábitos, costumbres y  prejuicios que nos causaban dolor.
 Haremos hincapié en aquellos que no nos dejaban vivir ni permitían surgir nuevos valores, ni que aprendiéramos todo lo que es útil para los nuevos tiempos, y mucho menos volar.  " Solamente siendo libres del peso del pasado, podremos aprovechar  el valioso resultado que una
renovación siempre nos trae"      

martes, 14 de junio de 2011

¿Como podría definir en términos positivos la felicidad?



Ese concepto, abstracto hasta la medula, es imposible de ser descrito directamente. Para hacerlo tengo que dar un rodeo por su sombra. Vaya entonces la definición: "Felicidad es estar cada día menos angustiado".

Para lo cual puedo intentar dar algunos consejos sin ser tachado de iluso.

1. Cuando dudes de actuar, siempre entre "hacer" y "no hacer" escoge hacer. Si te equivocas tendrás al menos la experiencia.

2. Escucha mas a tu intuición que a tu razón. Las palabras forjan la realidad pero no la son.

3. Realiza algún sueño infantil. Por ejemplo: si querías jugar y te hicieron adulto antes de tiempo, ahorra unos 50.000 pesos y ve a jugarlos a un casino hasta que los pierdas. Si ganas, sigue jugando. Si sigues ganando, aunque sean millones, sigue hasta que los pierdas. No se trata de ganar sino de jugar sin finalidad.

4. No hay alivio mas grande que comenzar a ser lo que se es. Desde la infancia nos endilgan destinos ajenos. No estamos en el mundo para realizar los sueños de nuestros padres, sino los propios. Si eres cantante y no abogado como tu padre, abandona la carrera de leyes y graba tu disco.

5. Hoy mismo deja de criticar tu cuerpo. Acéptalo tal cual es sin preocuparte de la mirada ajena. No te aman porque eres bella. Eres bella porque te aman.

6. Una vez por semana, enseña gratis a los otros lo poco o mucho que sabes. Lo que les das, te lo das. Lo que no les das, te lo quitas.

7. Busca todos los días en el diario una noticia positiva. Es difícil encontrarla. Pero, en medio de los acontecimientos nefastos, siempre, de manera casi imperceptible, hay una. Que se descubrió una nueva raza de pájaros; que los cometas transportan vida; que un nene cayo desde un quinto piso sin dañarse; que la hija de un presidente intento suicidarse en el océano y fue salvada por un obrero del cual se enamoro y se casaron; que los jóvenes poetas chilenos bombardearon con 300.000 poemas, desde un helicóptero, a La Moneda, donde fue eliminado allende, etc.

8. Si tus padres abusaron de ti cuando pequeño/a, confróntate calmadamente con ellos, en un lugar neutro que no sea su territorio, desarrollando cuatro aspectos: 'Esto es lo que me hicieron. Esto es lo que yo sentí. Esto es lo que por causa de aquello ahora sufro. Y esta es la reparación que pido'. El perdón sin reparación no sirve.

9. Aunque tengas una familia numerosa, otórgate un territorio personal donde nadie pueda entrar sin tu permiso.

10. Cesa de definirte: concédete todas las posibilidades de ser, cambia de caminos cuantas veces te sea necesario.

Alejandro Jodorowsky

miércoles, 9 de febrero de 2011

CERRAR ETAPAS






“Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. 

¿Terminó tu trabajo? ¿Se acabó tu relación? ¿Ya no vives más en esa casa? ¿Debes irte de viaje? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los porqués, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante. 

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! 

Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros. 
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. 

Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente... 

El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú... Suelta el resentimiento. El prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte lentamente, envenenarte y amargarte. 

La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio. 

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida. 

Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir. 

Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate. 
Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!” 

Paulo Coehlo

jueves, 6 de enero de 2011

El ejercicio interior: fuente para una vida sana


En estos últimos años se ha hablado un sinnúmero de veces sobre la necesidad de hacer ejercicio físico para mejorar también nuestra calidad de vida. Además, hay otra clase de ejercicios que son indispensables para lograr el equilibrio interno que tanto ansías. Aquí detallo algunos, sin duda al terminar de leer este artículo se te ocurrirán varios más:
Ejercita el decir lo que piensas: expresarse libremente, sin condicionamientos, asegura buena salud psicofísica. En algunas culturas como las latinoamericanas, esta práctica no es muy frecuente, y se la reemplaza por la “cortesía”: en vez de verbalizar lo que realmente pensamos y queremos decir, se “adorna” el concepto y se emplean frases hechas. El resultado suele ser muy distante de la realidad. Considero que sí es posible manifestar lo que pensamos, midiendo el tenor de nuestras palabras y, si lo precisamos, empleando términos más neutros que los que usaríamos impulsivamente. De todas maneras podemos dar a conocer nuestra opinión o punto de vista. Lo que callas a regañadientes o a disgusto te deja un sabor amargo en el alma, y es una espina clavada dentro de ti que en algún momento puede producir un efecto adverso. Puedes cambiar este rollo si expresas lo que tú deseas de la forma que puedas y encuentres oportuno hacerlo. Aprovecha cada oportunidad que tengas y verás cómo esta práctica te quita un gran peso de tus espaldas y al mismo tiempo abre tus canales de comunicación genuinos.
Ejercita el tratarte bien: no permitas que nadie te hable como tú no deseas. Frena cada frase humillante o descalificadora, aunque te las digan como bromas o las hayas escuchado durante años. Este ejercicio incluye lo que tú te dices a ti mismo. Presta atención a tu diálogo interno y cambia las cosas que te dices por lo que realmente desearías escuchar. Hazlo cada vez que te digas algo que implique no tratarte bien. Por ejemplo, si cometes un error o rompes algo y te dices: “no sirvo para nada”, al instante contéstate: “sirvo para muchas cosas, aunque haya cometido este error o roto esto”. Si ante una ruptura de pareja sientes que “nadie te quiere”, contéstate inmediatamente: “tal vez él no me quiera como yo desearía, pero hay varias personas que sí me quieren mucho”. No generalizar, ir al punto concreto de la cuestión que es sólo una pequeña parte de esa gran generalización, es decididamente una manera de tratarte bien. Aprovecha cada oportunidad que tengas para hacerlo, y en poco tiempo verás cómo este cambio de diálogo interno se transforma en una competencia inconsciente que te permitirá ampliar tu capacidad de disfrute.
Ejercita el darte gustos: sólo tú conoces lo que deseas a fondo. Es injusto esperar que el resto de la gente reaccione de acuerdo con tus necesidades peculiares. Además, esta postura te hace pasar de frustración en frustración, ya que no hay persona que pueda actuar en un todo de acuerdo con tu manera especial de ver y sentir las cosas. Por eso: date gustos. Mímate. Cuídate. No esperes que otros lo hagan por ti. Tú ocupas el primer lugar en tu vida, al sentirte un ser completo y feliz tendrás más para dar a quienes te rodean.
Por último, te sugiero que ejercites lo que tú consideres que te va a hacer bien. Aquello que intuyes que te hará sentir esas emociones placenteras que tanto anhelas. Haz algo que tenga que ver con tus sueños de niño. O con esa idea que siempre pospusiste por alguna excusa. O con lo que sabes que ha llegado el momento de suceder. Sin presiones. A tu propio ritmo interno. Con felicidad. Disfruta. Sonríe. ¡Abre tus alas!