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jueves, 30 de diciembre de 2010

El Poema eres Tu


  1. Escucha la sabiduría de tu cuerpo, que se expresa por señales de comodidad e incomodidad. Cuando elijas cierta conducta, pregunta a tu cuerpo que siente al respecto. Si tu cuerpo envía una señal de inquietud física o emocional, ten cuidado. Si tu cuerpo envía una señal de comodidad y anhelo, procede.
  2. Vive en el presente, que es el único momento que tienes. Mantén tu atención en lo que existe aquí y ahora; busca la plenitud en todo momento. Acepta lo que viene a ti total y completamente para que puedas apreciarlo y aprender de ello; luego déjalo pasar. El presente es como debe ser. Refleja infinitas leyes de la Naturaleza que te han traído hasta este pensamiento exacto, esta reacción física precisa. Este momento es como es porque el Universo es como es. No luches contra el infinito esquema de las cosas; por el contrario, sé uno con él.
  3. Dedica tiempo al silencio, a meditar, a acallar el diálogo interior. En momentos de silencio, cobra conciencia de que estás recontactándote con tu fuente de conciencia pura. Presta atención a tu vida interior para que puedas guiarte por tu intuición, antes que por interpretaciones impuestas desde fuera sobre lo que conviene o no te conviene.
  4. Renuncia a tu necesidad de aprobación externa. Sólo tú eres el juez de tu valer; tu meta es descubrir el infinito valor de ti mismo, sin dar importancia a lo que piensen los demás. Al comprender esto se logra una gran libertad.
  5. Cuando te descubras reaccionando con enojo u oposición ante cualquier persona o circunstancia, recuerda que sólo estás luchando contigo mismo. Presentar resistencia es la reacción de las defensas creadas por viejos sufrimientos. Cuando renuncies a ese enojo te curarás y cooperarás con el flujo del universo.
  6. Recuerda que el mundo de allí fuera refleja tu realidad de aquí dentro. Las personas ante las cuales tu reacción es más fuerte, sea de amor u odio, son proyecciones de tu mundo interior. Lo que más odias es lo que más niegas en ti mismo. Lo que más amas es lo que más deseas dentro de ti. Usa el espejo de las relaciones para guiar tu evolución. El objetivo es un total conocimiento de uno mismo. Cuando lo consigas, lo que más desees estará automáticamente allí; lo que más te disgusta desaparecerá.
  7. Libérate de la carga de los juicios. Al juzgar impones el bien y el mal a situaciones que simplemente son. Todo se puede entender y perdonar, pero cuando juzgas te apartas de la comprensión y anulas el proceso de aprender a amar. Al juzgar a otros reflejas tu falta de autoaceptación. Recuerda que cada persona a la que perdones aumenta tu amor a ti mismo.
  8. No contamines tu cuerpo con toxinas, ya sea por la comida, la bebida o por emociones tóxicas. Tu cuerpo no es sólo un sistema de mantenimiento de la vida. Es el vehículo que te llevará en el viaje de tu evolución. La salud de cada célula contribuye directamente a tu estado de bienestar, porque cada célula es un punto de conciencia dentro del campo de la conciencia que eres tú.
  9. Reemplaza la conducta que motiva el miedo por la conducta que motiva el amor. El miedo es un producto de la memoria, que mora en el pasado. Al recordar lo que nos hizo sufrir antes, dedicamos nuestras energías a asegurarnos de que el antiguo sufrimiento no se repita. Pero tratar de imponer el pasado al presente jamás acabará con la amenaza del sufrimiento. Eso sólo ocurre cuando encuentras la seguridad de tu propio ser, que es amor. Motivado por la verdad interior, puedes enfrentarte a cualquier amenaza, porque tu fuerza interior es invulnerable al miedo.
  10. Comprende que el mundo físico es sólo el espejo de una inteligencia más profunda. La inteligencia es la organizadora invisible de toda la materia y toda la energía; como una parte de esta inteligencia reside en ti, participas del poder organizador del cosmos. Como estás inseparablemente vinculado con el todo, no puedes permitirte el contaminar el aire y el agua del planeta. Pero en un plano más profundo, no puedes permitirte el vivir con una mente tóxica, porque cada pensamiento crea una impresión en el campo total de la inteligencia. Vivir en equilibrio y pureza es el más elevado bien para ti y para la Tierra.”

    Deepak Chopra

martes, 28 de diciembre de 2010

MENSAJE DE FIN DE AÑO




Mis Bienamados:
Ha sido este un año de profundos y notorios cambios tanto en las personas como en el planeta, y se ha visto como los procesos de cambio se han acentuado generando las consecuentes crisis a nivel global.  El clima por ejemplo, es un buen indicador de ello, y lo que se le ofrece al planeta y a la humanidad es hacer uso de toda la resiliencia disponible para afrontar con valor y creatividad lo que se viene por delante.  Muchos hemos de comenzar de cero a repensarnos, no solo a nosotros mismos o a una población, una ciudad, un país, sino el planeta y la humanidad entera.  Pero ese repensarse, ese reconstruirse, implica una gran transformación interior a nivel de los individuos.  Quienes en verdad ya lo han hecho tienen y muestran toda la capacidad para crecerse frente a las adversidades y dan rienda suelta a su creatividad para hacer propuestas novedosas y constructivas, ya están soñando un futuro distinto para sí mismos, para los demás y para el planeta.  En esa dirección se encuentran trabajando.  Por el contrario quienes aún no han entendido esto, por el motivo que sea, son aquellos que se quejan, aquellos que lloran, aquellos que esperan aún que alguien venga a redimirlos y a arreglarles los problemas, en fin, son aquellos que han elegido el sufrimiento y el camino de la expiación, tan cómodo para algunos, ya que les resulta más fácil quejarse, ante cada solución suelen ver cientos de problemas, y se tornan en los palos que se atraviesan a la rueda del cambio y la renovación.  ¿Por qué?  Por miedo, ya que él es hijo de la ignorancia.  Hace más de veinticinco años todo lo que está sucediendo se sabía, de diversas maneras nos lo habían dicho, pero era más cómodo desoír las voces de advertencia y más elegante posar de escépticos.  Hubo en ese entonces unos cuantos científicos, para no hablar de otras voces con menor credibilidad pero no menos cualificadas y conscientes del problema que se nos venía encima, que fueron vituperados y calificados de profetas del desastre y de querer generar pánico o histeria colectiva.  En ese entonces ya se hablaba del desastre generado por el clima extremo, del implacable ajuste de las placas tectónicas, del efecto de invernadero y que ahora, más elegantemente, llamamos calentamiento global, y se hablaba también de la perversión de los valores y principios que se hacen tan necesarios para la evolución de una humanidad digna y organizada que en verdad desee conquistar un plano evolutivo más consciente y elevado. 
¿Qué podemos esperar entonces en este momento en que muchos lo han perdido todo?  ¿En este momento en que cualquiera de nosotros puede verse inmerso en circunstancia semejante?  Lo tenemos ante nuestros ojos, se ha puesto de moda en estos días; lo que no pudo el baño de sangre de años, generado por la violencia extrema de quienes trabajan bajo la influencia de las fuerzas oscuras, no importa el rótulo que se pongan, lo ha podido el invierno, las inundaciones, los deslizamientos y derrumbes, y se llama solidaridad, compasión, en últimas amor por el prójimo y esa es la única fuerza capaz de salvarnos, pero debemos permanecer despiertos y trabajar con mayor ahínco.  Tal vez los desastres, el dolor y la muerte estén al acecho, pero todo esto tiene un propósito y es el de conmovernos, de hacer aflorar en cada uno lo mejor que tenemos, y de permitirnos dar lo mejor que podamos de nosotros mismos a los demás; es una forma dolorosa de sacudirnos porque es lo que tenemos que hacer, despertar, pensar en el otro, en los demás y darnos cuenta que la tarea que tenemos por delante hasta que se nos agoten las fuerzas, es hacer renacer en cada uno de nosotros un ser distinto, más elevado, más consciente y así mismo construir un mundo y una humanidad distinta regida por principios de amor, bondad, compasión, justicia e igualdad.  Son estas las verdaderas conquistas para el Espíritu Humano, todo lo demás, lo material habrá de quedar aquí cuando nos hayamos ido.

¡QUE TENGAN TOD@S USTEDES UNA FELIZ NAVIDAD Y UN VENTUROSO AÑO 2011!

martes, 27 de julio de 2010

El Mito del Fracaso




Puede que esto te tome de sorpresa, pero el fracaso es una ilusión. Nadie fracasa en nada.

Todo lo que haces produce un resultado. Si estas intentando aprender a atrapar una pelota y alguien te la tira y se te cae, no es que hayas fallado. Sencillamente, se ha producido un resultado. La pregunta real es que hacer con los resultados que produces. Te vas llorando por haber fallado atrapando la pelota, o dices Trame otra hasta que terminas por atraparlas? El fracaso es un juicio.
No es ms que una opinión. Procede de tus miedos, que pueden ser eliminados con amor. Amor por ti mismo. Amor por lo que haces. Amor por los demás. Amor por tu planeta. Cuando tienes amor dentro de ti, el miedo no puede sobrevivir. Reflexiona acerca del mensaje que hay en esta antigua sabiduría: El miedo llama a la puerta. El amor contestó, y no haba nadie.
Esa música que oyes en tu interior, urgiéndote a que asumas riesgos y persigas tus sueños es tu conexión intuitiva con el propósito que hay en tu corazón desde que naciste. S entusiasta en todo lo que hagas. Ten esa pasión, sabiendo que la palabra entusiasmo significa literalmente El Dios (enthos) interior (iasm). La pasión que sientes es Dios dentro de ti, que esta picoteándote para que te arriesgues y seas la persona que eres.
Me he dado cuenta de que los riesgos que se perciben no son para nada tales riesgos, una vez que transciendes tus miedos y dejas que entren en ti el amor y el respeto por ti mismo. Cuando produces un resultado del que los demás se ríen, a ti también te da la risa. Cuando te respetas a ti mismo, tropezar te permite reírte de ti mismo como tropezador ocasional. Cuando te amas y te respetas a ti mismo, la desaprobación de alguien no es nada que haya que temer o evitar. El poeta Rudyard Kipling declaró: Si puedes alcanzar el triunfo y el desastre, y tratas a esos dos impostores por igual Tuyo son el corazón y todo lo que hay en l. La palabra clave aquí es impostores.
No son reales. Solo existen en la imaginación de la gente.
Sigue a tu cerebro derecho, escuchando como te sientes e interpretando tu propio y exclusivo estilo musical. No tienes que temer a nada ni a nadie, y no volverse a sentir jamás ese terror a estar yaciendo algún da en tu lecho de muerte diciendo: Y que pasa ahora si toda mi vida he estado equivocado?. El compañero invisible que está sobre tu hombro derecho te va a pinchar cada vez que te estás apartando de tu propósito. Te va a obligar a que tomes conciencia de tu música. As que escúchalo, y no te mueras sin haber sacado afuera tu música.

SIMPLICIDAD




Todo el dejar ir, pérdida, liberación, y finales creados a través del proceso de ascensión pueden, a la larga, dejarnos en un espacio de simplicidad. Existe tal belleza en la simplicidad. La alegría de estar ahí para la sonrisa de un niño, ver un halcón surcando el cielo, atender un jardín de flores, ver tus dibujos animados de Disney preferidos, deslizarte por el tobogán con tu nieto, o tal vez sólo observar a una hormiga llevando a casa un bocado de comida.
La simplicidad en gran medida nos libera para volvernos parte del momento. Nos libera para estar mucho más presentes para lo que realmente nos importa. A medida que nos cansamos y volvemos apáticos a través del proceso de ascensión, no podemos sino terminar con un estilo de vida más simple. Con un agitado estilo de vida muy ocupado, realmente no estamos ni aquí ni allá. Y aunque podamos quejarnos de que la ascensión nos ha quitado mucho, realmente ha dejado atrás sólo lo que importa.
En la simplicidad tenemos pocas responsabilidades. Somos mucho más libres, ¡y todos nos hemos quejado de que verdaderamente valoramos nuestra libertad! Dentro de la libertad de la simplicidad, podemos conectar mucho más fácilmente con la Fuente. Nuestro tiempo es nuestro. Se nos retira de ese mundo ocupado y agitado. En la simplicidad podemos ver cosas que nunca antes tuvimos tiempo de notar. Nuestras vidas se mueven a un ritmo mucho más lento. Podemos estar presentes para los demás. Podemos estar presentes para nosotros mismos.
Uno de mis recuerdos favoritos es estar sentada en un tubo neumático, flotando por el río Russian en la región vinícola de California, con mi hija, entonces de once años, y dos de sus amigas. Creo que en esos tiempos pasaba más tiempo con las amigas de mi hija que con las mías, ya que siempre eran mucho más divertidas, había más inocencia, y no cuestionaban mucho. ¡Y nos encantaba jugar! Ese tiempo en particular, como vivíamos justo en la misma calle del río, me parecía algo natural. Y ahora puedo jugar con mis nietos. Nos metemos en tantas travesuras; chapoteando en los charcos de barro, dibujando, dando vueltas en los carritos del supermercado; ¡oh, la simplicidad!
La ascensión trae de vuelta la simplicidad. No tenemos que atender tantas cosas. Se nos ha retirado de muchas de nuestras responsabilidades anteriores. Llegamos a pasar una buena cantidad de tiempo en nuestra creatividad. La alegría infantil de nuestro niño interior original e inocente puede volver a surgir. Y hay tantos mundos dentro de mundos que pasaban inadvertidos cuando estábamos en nuestras vidas ocupadas, adultas y muy serias. Recuerdo un día tener mi frente sobre la tierra afuera en la naturaleza en el rancho de mi amiga en Colorado. Y quién lo iba a decir, ¡descubrí una civilización entera dentro de la tierra! Fue realmente sorprendente, y algo digno de verse. Nunca habría sabido que estaba allí si no hubiera estado sólo deambulando por ahí y pasándola bien, ¡mientras que mi amiga estaba afuera atendiendo sus “ocupaciones”!
Pensar en el crujido de la puerta del rancho al abrirse, o la brillante luz del sol que inundaba la sala cuando quedaba la puerta entreabierta… éstos son los recuerdos más preciados. Éstos son los momentos valiosos. Y éstos son los momentos en que podemos sentirnos tan alegres y dichosos, y que no implican cosas materiales ni cosas que creemos que necesitamos para nuestra seguridad. Estos tiempos de simplicidad son cuando el espíritu está siempre presente.
Cuando no tengo una vida simple, me siento muy desconectada. No tener deudas, poder hacer prácticamente todo lo que quiera cuando quiera, tener las posesiones más simples, y no tener ningún verdadero programa, es la única manera en que me siento cómoda en estos días. Se me haría muy difícil tener que estar en algún lugar en un momento determinado; no estoy acostumbrada a eso. Si mi vida comienza a ponerse agitada y complicada, me niego a participar. La simplicidad es demasiado valiosa para mí.
Si has elegido esta página, se te anima a recordar que la simplicidad puede acercarte a la Fuente. Puede colocarte mucho más en el momento y permitir que las cosas lleguen en una forma armónica y sincrónica de alinearse muy naturalmente a través de la Fuente. Disfruta de tu simplicidad; ¡de eso es realmente que se trata todo!

sábado, 12 de junio de 2010

LAS CLAVE DE LA VIDA


La clave para que vivas una vida larga y feliz es compartir, no poseer. Cambia las palabras que usas y modifica tu conducta. Al transformar la manera de hacer las cosas cambiará tu vida y restablecerás el equilibrio, para que te quede tiempo libre y te entregues a desarrollar la creatividad y talentos y explores el planeta, en vez de devorarla. Todo lo que le hagas al planeta te lo estás haciendo a ti mismo. Mira a tu alrededor… la devastación de los bosques y océanos de la Tierra te mostrarán las partes que estás destruyendo dentro de tu propio cuerpo.
Todos los desastres que están arrasando lo que encuentran a su paso en la actualidad, están apareciendo dentro de tu propio cuerpo físico y emocional. Te repito, explora el planeta, ella te está queriendo decir algo. Una vez que reconozcas la magia y la belleza de la naturaleza, ya no la podrás aborrecer ni destruir, sólo le amarás, y entenderás más allá de lo evidente que ella y tú son Uno mismo. Cualquier cosa que pretendas romper o echar abajo fuera de ti, lo estarás destruyendo adentro de ti. ¿Comprendes? Ama, no maldigas.
Vive en paz y armonía, ámate a ti mismo como a los otros y el cielo en la Tierra será tuyo. Vivir en paz sólo puede traerte más paz y riquezas más allá de tu imaginación. La paz es la respuesta a todos los males de la sociedad. El amor es la respuesta a todos los problemas de familia y de relación. La paz es la respuesta a tus aflicciones económicas. La coexistencia pacífica es el propósito de la vida y la razón por la cual estás en este bello planeta. Sin importar lo que ocurra en el mundo mantente calmado y centrado dentro de tu alma y siente la paz. Sólo a través de los sentimientos la paz puede emerger. Sosteniendo esa paz toca cada alma con la que entres en contacto; así diseminarás la armonía y alcanzarás el éxito al contrarrestar la maldad que hay en el planeta.
¿Qué es el éxito? Éste quizá tiene muy poco que ver con lo que te imaginas. No se debe a la sangre heredada; a la escuela donde estudiaste ni a los títulos que obtuviste. Tampoco se debe a las dimensiones de tu casa o de cuántos autos caben en tu estacionamiento. No se trata de si eres jefe o subordinado; o si eres miembro prominente de clubes sociales. No tiene que ver con el poder que ejerces, si eres un buen administrador, o si hablas bonito. No se debe a la ropa que usas, ni a los grabados que mandas bordar en tus trajes, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu estatus social. No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo; tampoco a la tecnología que empleas. El éxito se mide de acuerdo a cuánta gente te sonríe, a cuánta gente amas y cuántos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu.
Se trata de si te recuerdan cuando te vas. Se refiere a cuánta gente ayudas, a cuánta evitas dañar y si guardas o no rencor en tu corazón. Se trata de que en tus triunfos estén incluidos tus sueños. De si tus logros no hieren a tus semejantes. Es acerca de tu inclusión con otros, no de tu control sobre los demás. Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si amaste a la naturaleza y a los niños y te preocupaste de los ancianos. Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta. No es acerca de cuántos te siguen, sino de cuántos realmente te aman. No es acerca de transmitir, sino cuántos te creen si eres feliz o finges estarlo. Se trata del equilibrio de la justicia que conduce al bien tener y al bien estar. Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más, no de tener más. ¡Eso sí que es éxito!
La confianza, por otro lado, no es algo corpóreo en el mundo material, sino que se trata, más bien, de confianza en lo que se llama luz etérica. La confianza viene de una fuerza que es incomparable, inigualable. La confianza se convierte en la conciencia de que ya no puedes discernir entre tu propia luz y la luz del creador. Comienza a considerar la confianza como el saber que hay un panorama más amplio de lo que se puede ver a través de los cinco sentidos.
Debes permitir que la confianza sea la fuerza que te oriente. Comprende que la confianza es el puente entre tu persona y lo que crees que es un ser superior desconectado. Ese puente elimina esa desconexión. Ese puente te mantiene intacto para que la confianza sea la fibra que te permita experimentar vivir en más mundos a la vez. Es la fibra que sostiene el enfoque de la realidad que te da la claridad de que estás a cargo de tu propia vida. Cruzando ese puente, con sólo saber que está allí, la confianza te puede llevar a reinos con los que sólo soñaste en el pasado.
Cuando encuentres la pasión del viaje en el que te hayas embarcado no necesitarás más ayuda. No necesitarás que nadie te dé órdenes. No necesitarás más que la pasión que tienes por realizarlo. Cuando tomes conciencia de que no necesitas a nadie más para apoyarte salvo tu propia luz interna o pasión, entonces comenzarás a entender que todo lo puedes lograr. Sin la luz central brillando dentro de ti, sin saber cada paso que debes tomar, entonces la pasión tropezará. Nadie cae del sendero cuando se está en la pasión; pero si estás excitado o celoso, entonces puedes desviarte del sendero; ¿y qué es el sendero?, es el lugar por donde avanzas, hacia la conquista del mayor de tus deseos.
Ese viaje que has tomado está guiado plenamente por el hermoso amor o la pasión que puedes emanar. Le pondrás toda tu pasión y la sostendrás. Entrar a un sendero sin pasión es encontrarse vagando sin rumbo tratando de lograr una meta. Para que consigas cierta meta será de acuerdo a la cantidad de pasión que pongas en ella; si tienes poca pasión, eso es lo que puedes esperar del resultado. Si tienes gran pasión, es lo que recibirás. La pasión es la medida con la que puedes ver el resultado.
El silencio significa: la capacidad de pensar sin cabeza, la capacidad de volar sin alas, la capacidad de caminar sin pies, la capacidad de observar sin perturbar, la capacidad de escuchar sin interrumpir, la capacidad de palpar sin crear incomodidad, la capacidad de disfrutar de una flor sin robarle su aroma, y sobre todo, la capacidad de entrar en ti y ver tu realidad. La verdad sólo se puede conocer en absoluto silencio. No sólo el silencio de afuera es necesario, también el silencio interior. Si al cerrar tus ojos, tu mente está en silencio, la puerta está abierta para conocer la realidad que te anima a vivir. Esa única realidad que llena tu alma de luz y claridad. Sin el silencio, tu alma no tiene claridad, no tiene luz.
El silencio es la atmósfera que el amor necesita para que tu alma brille. El silencio en un lado y el amor en el otro le dan alas a tu corazón. Esa belleza y esa armonía han sido perdidas debido a la ira, al orgullo etc., eso es lo que significa la falta de silencio. Todas las preguntas están listas para ser respondidas sin importar qué profundas sean. Simplemente entra en la paz del silencio, calma ese mar de deseos, ese mar de ilusiones vanas, deja que la calma te invada, deja que el silencio te posea, en ese momento lo viejo desaparece y lo nuevo nace en ti. Recuerda: el silencio es el vientre de donde “nacen” los sabios.
Si deseas adquirir sabiduría, vuelve a nacer en medio del silencio. Solo así encontrarás tu razón de ser, la razón por la cual has nacido. Siéntate cómodamente, observa a tu alrededor, no juzgues, detente en tu afán, observa de nuevo, comprende que tu vida es un tesoro, deja tus preocupaciones a un lado; no hay necesidad de llevar un equipaje pasado, ya tu corazón tiene lo que necesitas en este viaje maravilloso que es la vida; deja el temor y permite que el silencio te posea, sólo en esa inmensidad podrás escuchar la voz de Dios dentro de ti llamándote a vivir plenamente, llamando para darte a conocer todos los misterios del universo y no solamente eso, también esa voz quiere darte a conocer el secreto de la vida eterna…
Quiero que sepas que el dinero también es una energía, y es un importante camino para el autoconocimiento. La relación que lleves con él es capaz de revelar muchas de tus emociones y tus actitudes en todas las etapas de tu vida. La importancia del dinero tiene implicancias profundas. El dinero está presente en todos los momentos de nuestra vida, en la educación, en la salud, trabajo, e influye fuertemente en nuestras relaciones. La forma de lidiar con el dinero puede decir mucho sobre la forma de ser y los valores que dirigen la vida de cada quien. Quien tiene problemas financieros, ciertamente tiene dificultades afectivas, pues eso demuestra que el intercambio está descompensado.
Quien siembra, recoge el fruto. Debes comprender que si piensas en algo, infaliblemente harás aparecer en tu vida acontecimientos o condiciones correspondientes a aquello que pensaste. El Universo está repleto de substancias invisibles esperando en todo momento para concretar exactamente aquello que pienses. ¿Por qué tienes dificultades con el dinero? Quizá porque la cultura te inculcó la creencia de que el dinero es sucio; que contiene impurezas. Es importante que mantengas un flujo constante de dinero; de esta forma estarás reconociendo que genera bienes individuales y también colectivos, y puedes servir a todos. Ser rico significa tener algo para dar y beneficiar al prójimo. Quien tiene la función de bendecir al prójimo lo hace con amor, y cuando pones en práctica ese amor, se transforma en riqueza.
El ambiente es proyección de tu mente, frecuentemente existen personas que no consiguen tener dinero al que tienen derecho, esto sucede porque en la profundidad del subconsciente consideran que el dinero es pecaminoso. Es imposible que prosperes si llevas en tu mente la idea de que el dinero mancha y deshonra. La imagen de que el dinero es sucio viene del deseo íntimo de utilizarlo para fines egoístas; por eso conserva siempre el bello deseo de utilizarlo para el bien de muchas personas. Para que el dinero, la salud y toda prosperidad lleguen a tu vida, tienes que estar reconciliado con todas las cosas.
El secreto de una vida mejor es la respuesta a todo lo que ha sido, a todo lo que es, y a todo lo que será. La felicidad está al alcance de todos. Aquello que sientes es un reflejo perfecto de lo que está en proceso de volverse realidad, porque lo que piensas, lo que sientes y lo que manifiestas, siempre coincide. Tú vas creando tu propio mundo a medida que transcurre tu vida. Siempre da el primer paso en forma decidida y con fe, no necesitas ver todo el camino que te falta por recorrer porque te desanimarás, tan sólo debes dar el primer paso, recuerda, el primer paso…
Casi todos ofrecen gran parte de sus pensamientos en respuesta a aquello que observan, así que, todo lo que eres, es el resultado de aquello que has pensado. La imaginación lo es todo; es el pre estreno de las atracciones de la vida. Dime, por favor, ¿te ha quedado claro que todo aquello que puedas concebir con tu bendita mente, lo puedes lograr o manifestar en la vida física? ¡Seguro que sí!
Practica las enseñanzas que te puesto a tu disposición y verás que más pronto que tarde tu vida cambiará… y como bien dice una de las canciones del “Tri”, que las piedras rodando se encuentran, seguro estoy un buen día podremos mirarnos directamente a los ojos para bendecirte desde lo más profundo de mi corazón.

jueves, 3 de junio de 2010

LA DUALIDAD GENERA CONFLICTO

El conflicto de cualquier clase ‑físico, psicológico, intelectual- es un desperdicio de energía. Por favor, es extraordinariamente difícil comprender esto y estar libre del conflicto, porque a casi todos nos han educado para luchar, para esforzarnos. Cuando vamos a la escuela, eso es lo primero que nos enseñan: que debemos esforzarnos. Y esa lucha, ese esfuerzo, son sostenidos a lo largo de toda la vida; es decir, para ser buenos debemos luchar, debemos combatir el mal, debemos resistir, controlar. Así, desde el punto de vista educativo, sociológico, religioso, al ser humano se le enseña a luchar. Se le dice que para encontrar a Dios debe trabajar, disciplinarse, practicar, retorcer y torturar su alma, su mente, su cuerpo, negando, reprimiendo; no debe mirar, tiene que luchar, luchar y luchar en el nivel así llamado espiritual, que no es espiritual en absoluto. Así pues, socialmente cada uno se esfuerza para sí mismo, para su familia.
... Por consiguiente, en todas partes estamos desperdiciando energía. Y ese desperdicio de energía es, en esencia, conflicto: el conflicto entre los «debería» y «no debería», los «debo» y «no debo». Una vez creada la dualidad, el conflicto es inevitable. Uno ha de comprender, pues, todo este proceso de la dualidad; no es que no haya hombre y mujer, verde y rojo, luz y oscuridad, alto y bajo; todos esos son hechos. El desperdicio de energía tiene lugar en el esfuerzo que dedicamos a esta división entre el hecho y la idea. "Krishnamurti"

viernes, 21 de mayo de 2010

Destinados a un Despertar de la Conciencia



Ha llegado el momento en el que debemos conectarnos con la "otra realidad" la que siempre fué y pocos conocían. Lo único que debemos hacer es sintonizarnos con la energía del cambio y no resistirnos a ésta. Es tiempo de despojarnos de todo aquello que no nos sirve, que nos demanda esfuerzos banales e involutivos, debilitándonos en el destino final que es el reencontrarnos con el sentido de nuestra evolución verdadera.
El caos y la confusión que se presentan son una concecuencia inevitable del traspaso de frecuencias que se lleva a cabo. El paulatino colapso del sistema regente es inevitable y ha de llegar para que sea reemplazado por otro que será puesto en marcha desde una nueva conciencia y para que sirva a todos los hombres por igual. A medida que las personas empiecen a despertar y reconectar su esencia, comenzarán a ver lo que no vieron y se alejarán de todo esfuerzo banal, reorientando sus experiencias de vida, aprendiéndo a ser co-creadores concientes de la nueva realidad. El caos y la confusión serán inevitables, ya que muchas fuerzas arraigadas en lo involutivo, en el sistema en agonía, se aferran a la seguridad y el poder que les entrega lo externo, debido a que no saben como sobrevivir en un mundo nuevo en el que comienza a prevalecer la escencia divina del ser humano.
Todos aquellos que logren despertar primero, asimilando y acomodándose a las nuevas y cambiantes frecuencias que se presentan, podrán entender y manejarse frente a los continuos cambios de escenarios producto de la transformación. La tarea de quienes se encuentren en esta posición será la de no acoplarse a la consecuente polaridad del cambio. Las fuerzas polarizadas se manifiestan como resultado de la materialización de las respuestas emocionales del ser en crisis y de la impotencia que les genera la falta de sustento y refugio que otorga un sistema en franca degradación. Posturas enfrentadas de ideológías, de políticas, de intereses, emocionales, sociales, etc, son reacciones propias de quienes no se encuentran alineados con los nuevos patrones energéticos y que no saben situarse por encima del conflicto desencadenado como concecuencia del proceso evolutivo en marcha.


La postura a adoptar por aquellos que comienzan a cobijarse en el amparo que les provee lo sagrado como reemplazo de lo profano, debe ser la de la paz interior, la comprensión y la compasión, el trabajar con la intención, el equilibrio y por sobre todas las cosas poner todo en práctica desde el amor. Se debe estabilizar y neutralizar la energía producida por el miedo, la inseguridad e inestabilidad que muchos liberarán durante el transcurso de los acontecimientos. Nada de ésto sucedería si todos juntos pudiésemos lograr la comprensión y la asimilación del colapso de lo antiguo como algo necesario, para dar paso a algo nuevo, logrando un cambio ordenado de un sistema a otro.

Las cosas deben suceder, muchos lo sienten en lo más profundo de su ser, saben que han de tomar conciencia que serán los encargados de mantener la paz y la cordura en apoyo a un proceso que nos liberará de todo aquello que ha mantenido a la gente aprisionada, atada y ciega evolutivamente. Todo aquel que abrace cualquier energía que no fuera la del amor por la vida, el amor por sí mismos y por el prójimo, se sentirán incómodos frente a las nuevas energías ya que se resistirán a un mandato superior y sólo estrán retrasando con su propio sufrimiento, lo inevitable. Si no están dispuestos a integrar y reconocer la energía superior como suya propia, proyectarán la ira, el odio, el descontento, y el miedo como resultado de su resistencia. Quienes no sean capaces de aceptar los llamados a una nueva forma de vida y se resistan a aceptarlo, proyectarán sus emociones de no unidad sobre los demás, pues cuando experimentan la energía de la Unicidad por vez primera, sienten un vacío y reaccionan exactamente de manera opuesta a como deberían. Ya asoman señales inequívocas de que la crisis interna del hombre se manifiesta en todo lo que el mismo hombre creó externamente. Las personas tienden a conservar intactos, todos sus bienes y pertenencias, sin saber que con ello se arraigan a la crisis. El saber liberar, abandonar y reemplazar por lo nuevo, son factores indispensables en un proceso de cambio. Sería tonto defender un objeto sin valor real, poniéndo en riesgo lo valioso que tenemos, nuestras vidas.
Las muestras de la caída del sistema están por doquier: crisis energética, crisis financiera, crisis política, crisis ecológica, etc, etc.. Las nuevas energías aceleran el proceso de creación mental. Todo pensamiento, toda emoción que liberemos, tendrá una rápida respuesta en nuestra realidad. Estamos materializando el cambio, porque la crisis y el cambio se gesta al mismo tiempo en nosotros. Debemos aceptar con conciencia que el mundo futuro depende de nuestra propia capacidad co-creadora para concebir ese futuro. El poder se transfire desde los grandes imperios que dominaron el mundo durante la noche oscura de la conciencia, hacia cada uno de los habitantes de la Tierra. El futuro del planeta será diseñado desde nuestras propias necesidaes y no las de los imperios y las fuerzas involutivas, por lo tanto toda aspiración errónea nacida del ego y el servicio a uno mismo, por sobre el interés común, no tendrá cabida. Cada uno de nosotros siente en lo más profundo de nuestro ser el hartazgo hacia el desgarro del alma provocado por un sistema injusto y desequilibrante surgido del odio, la ambición, los rencores y la falta de compasión.

Cuando la transformación va ganado a cada habitante del planeta trae como concecuencia una transformación en los eventos mundiales profetizados, porque cuando la conciencia de cada uno de nosotros se eleva, se eleva también la frecuencia de manifestación de la nueva realidad planetaria. La red cuántica que nos une se va lentamente "infectando" de nueva conciencia de luz, limpiándo así la inconciencia oscura que domina el mundo actual. Debemos tomar conciencia y aceptar finalmente nuestro papel dentro de la creación, del impacto que generan nuestras fuerzas emocionales y de pensamiento en el todo. Nuestro desafío es renacer dentro de nosotros mismos, dentro de nuestros propios cuerpos, estableciendo primeramente una nueva relación con nosotros mismos para posteriormente adoptar una nueva relación con lo creado. No lograremos transformar el mundo sin antes transformarnos nosotros.

Somos seres maravillosos con un enorme potencial, sin reconocer la capacidad que tenemos a nuestra disposición para crear realidades. Somos unidades cuánticas capaces de absorber energía comprimirla, procesarla en nuestros corazones y devolverla a la creación en la forma de emociones puras con conciencia, en la forma de amor incondicional.
Este proceso no es el fin del mundo como muchos quieren verlo, es el principio de un mundo nuevo en otra frecuencia y en otra realidad. Todo parto es doloroso, pero permite el nacimiento de algo nuevo. No permitamos más crucificciones, es tiempo de renacimiento en vida. Somos capaces y podemos!

Que la Nueva Conciencia los Abrace 

lunes, 10 de mayo de 2010

LA SABIDURÍA DEL SILENCIO INTERNO


Habla simplemente cuando sea necesario. Piensa lo que vas a decir, antes de abrir la boca. Se breve y preciso, ya que cada vez que dejes salir una palabra, dejas salir al mismo tiempo una parte de tu chi (energía). De esta manera aprenderás a desarrollar el arte de hablar sin perder energía.


Nunca hagas promesas que no puedas cumplir. No te quejes y no utilices en tu vocabulario palabras que proyecten imágenes negativas, porque se producirá alrededor de ti todo lo que has fabricado con tus palabras cargadas de chi.

Si no tienes nada bueno, verdadero y útil que decir, es mejor quedarse callado y no decir nada. Aprende a ser como un espejo. Escucha y refleja la energía. El Universo mismo es el mejor ejemplo de un espejo que la naturaleza nos ha dado, porque el Universo acepta sin condiciones nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras, nuestras acciones, y nos envía de vuelta el reflejo de nuestra propia energía bajo la forma de las diferentes circunstancias que se representan en nuestra vida.

Si te identificas con el éxito tendrás éxito. Si te identificas con el fracaso, tendrás fracaso. Así podemos observar que las circunstancias que vivimos son simplemente manifestaciones externas del contenido de nuestra habladuría interna. Aprende a ser como el Universo, escuchando y reflejando la energía sin emociones densas y sin prejuicios, porque siendo como un espejo sin emociones, aprendemos a hablar de otra manera, con el poder mental tranquilo y en silencio, sin darle oportunidad de imponerse con sus opiniones personales y evitando que tenga reacciones emocionales excesivas, simplemente permitiendo una comunicación sincera y fluída.

No te des mucha importancia y sé humilde, pues cuanto más te muestres superior, inteligente y prepotente, más te vuelves prisionero de tu propia imagen y vives en un mundo de tensión e ilusiones.

Sé discreto, preserva tu vida íntima, de esta manera te liberas de las opiniones de los otros y llevarás una vida tranquila volviéndote invisible, misterioso, indefinible, insondable como el TAO.

No compitas con los demás, vuélvete como la tierra que nos nutre, que nos da lo que necesitamos. Ayuda a los otros a percibir sus cualidades, a percibir sus virtudes, a brillar. El espíritu competitivo hace que crezca el ego y crea conflictos inevitablemente. Ten confianza en ti mismo, preserva tu paz interna evitando entrar en la provocación y en las trampas de los otros.

No te comprometas fácilmente. Si actúas de manera precipitada sin tomar consciencia profunda de la situación, te vas a crear complicaciones. La gente no tiene confianza en aquellos que muy fácilmente dicen "si", porque saben que ese "si" no es sólido y le falta valor. Toma un momento de silencio interno para considerar todo lo que se presenta y toma tu decisión después. Así desarrollarás la confianza en ti mismo y la sabiduría.

Si realmente hay algo que no sabes o no tienes la respuesta a la pregunta que te han hecho, acéptalo. El hecho de no saber es muy incómodo para el ego, porque le gusta saber todo, siempre tener razón y siempre dar su opinión muy personal. En realidad el ago no sabe nada, simplemente hace creer que sabe.

Evita el hecho de juzgar y criticar, el TAO es imparcial y sin juicios, no critica a la gente, tiene una compasión infinita y no conoce la dualidad. Cada vez que juzgas a alguien, lo único que haces es expresar tu opinión muy personal y es una pérdida de energía, es puro ruido. Juzgar es una manera de esconder las propias debilidades. El sabio tolera todo y no dirá ni una palabra.

Recuerda que todo lo que te molesta de los otros es una proyección de todo lo que todavía no has resuelto en ti mismo. Deja que cada quién resuelva sus propios problemas y concentra tu energía en tu propia vida. Ocúpate de ti mismo, no te defiendas. Cuando tratas de defenderte, en realidad estás dándole demasiada importancia a las palabras de los otros y le das más fuerza a su agresión. Si aceptas el no defenderte estás demostrando que las palabras de los demás no te afectan, que son simplemente opiniones y que no necesitas convencer a los otros para ser feliz.

Tu silencio interno te vuelve impasible. Haz regularmente un ayuno de la palabra para reeducar el ego, que tiene la costumbre de hablar todo el tiempo. Practica el arte de no hablar. Toma un día a la semana para abstenerte de hablar, o por lo menos unas horas en el día, según lo permita tu organización personal. Es un ejercicio excelente para conocer y aprender el universo ilimitado del TAO, en lugar de tratar de explicar con palabras lo que es el TAO.

Progresivamente desarrollarás  el arte de hablar sin hablar y tu verdadera naturaleza interna reemplazará tu personalidad artificial, dejando aparecer la luz de tu corazón y el poder de la sabiduría del silencio. Gracias a esta fuerza atraerás hacia ti todo lo que necesitas para realizarte y liberarte completamente. Pero hay que tener cuidado de que el ego no se inmiscuya. El poder permanece cuando el ego se queda tranquilo y en silencio. Si tu ego se impone y abusa de este poder, el mismo poder se convertirá en un veneno y todo tu ser se envenenará rápidamente, perdiendo la paz.

Quédate en silencio, cultiva tu propio ser interno. Respeta la vida de los demás y de todo lo que existe en el mundo. No trates de forzar, manipular y controlar a los otros. Conviértete en tu propio maestro y deja a los demás ser lo que son, o lo que tienen la capacidad de ser. Dicho en otras palabras, vive siguiendo la vida sagrada del TAO

sábado, 1 de mayo de 2010

Cinco claves para vivir positivamente tu vida


 A continuación tenemos 5 formas de comenzar a crear su nueva historia a partir de hoy. Si las aplicamos con sinergia, conjuntamente podremos hacer los cambios trascendentales y necesarios para la conquista de nuestro destino diario:

 1.- Presta atención a tus pensamientos dominantes: Es vital para comenzar a forjar una vida de auténtica realización que huyas de los pensamientos negativos. Demasiadas personas pasan la mayor parte de sus días sumergidos en una avalancha de pensamientos negativos, y eso trae como consecuencia que sus recursos personales se vean mermados. Es imposible lograr grandes resultados cuando mentalmente se está en el lado negativo de la balanza. Los triunfadores en el juego de la vida vigilan estrechamente sus pensamientos, y deliberadamente eliminan lo antes posible cualquier atisbo de pensamiento negativo. Prefieren ver la vida desde su perspectiva positiva, y la vida les corresponde en consecuencia. Recuerda siempre que atraerás a tu vida aquello en lo que enfoques. ¡Decide enfocar siempre en positivo!

 2.- Vigila el vocabulario que estás utilizando. Las palabras tienen un poder absoluto para afectar a nuestras emociones. Cuando utilizas un vocabulario poderoso, con palabras inspiradoras y positivas, la actitud personal se ve reforzada y la energía fluye. Un ejemplo que no necesita mucha explicación: el Maestro Jesús que tuvo tal capacidad de afectación hace dos mil años con su herramienta: el verbo, la palabra y que con ella sigue haciendo milagros en los corazones que toca. Nunca subestimes el poder de las palabras, en especial de las tuyas. He visto muchos ejemplos de personas que simplemente cambiando el tipo de vocabulario que utilizan han transformado positivamente su vida de una manera increíble. Elige cuidadosamente las palabras que utilizas sobre todo para describir como te sientes. Opta siempre por palabras que potencien tu entusiasmo, tu pasión, tu energía, tu compasión, tus ganas de plenitud, tu dinamismo, tu actitud positiva, tus  virtudes y tu compromiso por la excelencia.

 3.- Elige cuidadosamente lo que escuchas, lees y las imágenes que miras. Al igual que debemos mirar con cuidado qué alimentos tomamos cada día, hemos de ser igualmente cuidadosos con el "alimento" que le damos a nuestra mente. Tu nivel de éxito en la vida va a estar determinado en gran medida por el tipo de libros que leas, las amistades que cultives, y por todo lo que absorbas a través de tus ojos. ¿Están potenciándote positivamente las lecturas que realizas en la actualidad? ¿Te sientes más animado después de hablar con tus amigos? ¿Te inspiran los programas que ves en la televisión? Este tipo de cosas, a las que la gran mayoría no presta la más mínima atención, son unos de los condicionantes más importantes a la hora de garantizar una vida de realización.

 Igual que tú no permitirías que entrase alguien en tu casa y arrojase un montón de basura en el centro de tu salón, no permitas que llenen tu mente de contenidos negativos. Recuerda, tú tienes el control. Elige siempre contenidos positivos.

 4.- Toma conciencia de qué es lo que te inspira. ¿Qué hace que tú te entusiasmes? ¿Qué desencadena tus mejores momentos? ¿Cuáles son las claves que desatan lo mejor que hay en ti? Ser consciente de todas estas cosas, te permitirá poder automotivarte de una manera más poderosa para crear su nueva historia personal. La automotivació n es el primer eslabón para conseguir la seguridad emocional. Si te motiva ver imágenes de un estilo de vida determinado, recorta imágenes de revistas y dedica todos los días unos minutos a visualizar el "mapa del tesoro" o "bosquejo de éxito" que has creado con todas esas imágenes. Eso hará que el entusiasmo comience a fluir por cada célula de tu cuerpo, y será más sencillo emprender todas las acciones necesarias para lograr esos resultados. Cuando uno ama intensamente a alguien pierde la noción del tiempo y del espacio, se esmera y se dedica a atender con detalles, palabras y acciones para expresar ese  sentimiento que nos mueve por dentro y lo exterioricemos demostrándolo a quien amamos.

 Algo parecido nos pasa cuando hallamos nuestro propósito de vida, esa actividad en la cual trabajamos y nos embelesamos tanto que nos perdemos en el tiempo y el espacio. El diálogo interno es ¿cómo te ayudo? En vez de ¿qué gano yo con eso? Pregúntate: si en este momento te doy todo el dinero y el tiempo que necesites ¿Que estarías haciendo? La respuesta seguramente es tu propósito de vida.

 5.- Comienza a soñar en grande. ¿Qué te gustaría conseguir en tu vida si fuese imposible fracasar? ¿Qué haría que sintieses que tu vida ha sido bien invertida? Comienza a desarrollar plenamente tu capacidad de imaginar y soñar un futuro apasionante e inspirador. El mundo ha avanzado, avanza y avanzará gracias a todos los grandes soñadores que ha dado la historia de la humanidad. Tómate el tiempo necesario para plasmar por escrito en una lista todos tus sueños y aspiraciones. No te pongas límites. A continuación selecciona de esa lista tres o cuatro sueños que quieres comenzar a transformar en realidad de inmediato, y emprende alguna acción por pequeña que sea en pos de tu consecución. Ese primer paso es crucial. Tú debes aprovechar la inercia y el entusiasmo que se generan en los momentos iniciales de la formulación de un sueño.
En ese instante, cuando la energía es mayor, es cuando más has de apretar el acelerador. Recuerda  siempre que cuanto mayor es un sueño, más entusiasmo genera, y más energía te aportará para emprender acciones poderosas. Ponle fecha al sueño y conviértelo en meta, no se trata sólo de desear algo sino de realmente esperar que suceda en la realidad.

 Con estos sencillos 5 pasos, podrás comenzar a crear una inercia poderosa hacia esa vida que siempre has soñado. Como bien decía Goethe:
"todo lo que puedas hacer o soñar, comiénzalo. La audacia contiene en sí misma genio, poder y magia.

martes, 27 de abril de 2010

CREAR CUALQUIER COSA, PERO CREAR PERMANENTEMENTE




La conciencia colectiva de la humanidad aún se sostiene en el miedo y la sobrevivencia. Y esa energía nos rodea y se permea en nuestra piel si no somos conscientes de lo que queremos vivir y de que somos capaces de crearlo nosotros mismos. Esta energía nos dice que no seamos espontáneos, que seamos “buenos” a partir de valores que fomentan el juicio hacia quienes se atreven a ser lo que son, y moverse en libertad. Es una energía que intenta quedarse en nuestra sangre para que nos siga pareciendo normal su presencia adormecedora. Es la energía que cree en lo negativo de las personas y por eso se esmera en que saquemos lo “positivo”, instalándonos en la idea de que siempre tenemos que ser algo distinto a lo que somos en verdad. “En algún momento seremos mejores de lo que somos ahora”; esta afirmación, que nace de los valores mal llamados cristianos y que esparció la iglesia católica por siglos para atontar corazones y mentes, no nos permite vivir nuestro presente, nuestro ahora, en tranquilidad, aceptación y amor por nosotros mismos, y es de esa forma que esta conciencia colectiva somete nuestro propio empoderamiento. Pero es necesario al mismo tiempo, comprender que somos nosotros quienes creamos esa conciencia al aceptarla como válida, por lo tanto somos nosotros quienes podemos transformarla, pero primero hay que reconocerla, abrazarla, agradecerle y permitir que se vaya. Si luchamos contra ella, otorgándole un valor negativo, estaremos en el mismo juego de creer que como estamos viviendo hoy “no está bien”.

Esta energía que se resiste a partir no permite el sueño, no lo fomenta, es más, lo destruye en lógicas tales como: ¿para qué transformar mis creencias si así estoy bien? ¿Para qué creer en un sueño si el mundo está tan mal? ¡No será posible! etc., porque pretender crear un sueño en la vida cotidiana requiere responsabilidad, hacerse cargo de las decisiones que se toman y dejar de culpar a los demás de la propias circunstancias de vida…, y eso, por ahora, pocas personas están dispuestas a hacerlo. Esa conciencia adormecedora no es algo externo y ajeno a nosotros mismos, se nos pega porque nosotros lo queremos así, porque nos sirve para no tomar las riendas de nuestras vidas. Es por eso que necesitamos saber qué queremos vivir en verdad, si felicidad o penas. Por ejemplo, con respecto a las catástrofes de Haití y Chile, ¿qué decidimos? ¿Enviar pensamientos de congoja, miedo a lo que vendrá, juicios a quienes contaminan en planeta y lo llevan a reaccionar así (que somos todos por lo demás), seguir buscando culpables externos que se alimentan de la energía de lucha y miedo, etc? Y no digo que no existan personajes o entidades que propician la conciencia de miedo, pero somos nosotros los que ingenuamente les seguimos el juego buscándolos, mirándolos, en definitiva, dándoles vida.

 ¿Qué sucedería –imagina- el día en que esos sujetos no encuentren a nadie a quien dañar, porque estaremos nosotros alentando con nuestra conciencia una nueva realidad en la que ellos no podrán entrar? Por lo tanto, ¿enviamos pensamientos de fuerza, amor, confianza de que todo está en un orden mayor a pesar de las apariencias, y la certeza de que todo reviste una oportunidad mayor de crecimiento? Voy al hecho de que todo, pero todo lo que sucede en el mundo en un reflejo de nuestro estado interior como conciencia colectiva.
Si nosotros conectamos con el miedo y el terror, eso es lo que se manifestará. Ahora bien, algunos estarán preguntándose, ¿pero quién podría desear tales destrucciones? Y te respondo: TODOS. Todos creamos estos terribles escenarios en cada momento en que nos entregamos a la conciencia del juicio y de la crítica, a la energía de sometimiento, y de que somos tan limitados, a la energía de miedo frente a lo que nos puede suceder en el futuro, a la conciencia de carencia y sobrevivencia. Cuando esto sucede, creamos precisamente el mundo que no queremos, creemos más en la destrucción que en nuestra capacidad de crear un sueño colectivo de amor. Son muchas las personas que aún duermen en esta energía de sometimiento y aún son muchos quienes se aprovechan de esa condición y la utilizan como instrumento de poder. En Haití, por tener un pueblo poco educado y pobre, es muy fácil que esto suceda; ellos mismos se sienten en el infierno y el mundo visualiza en ese territorio lo mismo; por lo tanto ¿qué puede resultar de esto? Sólo una
cosa: UN INFIERNO.

Si pretendemos crear un sueño despierto en nuestras vidas para que se manifieste en el mundo y todos vivamos en una conciencia de amor, es necesario entonces optar conscientemente. Reconocer con honestidad qué es lo queremos, a qué le creemos más, y entregarnos a ello con atención y confianza. Y no se trata de andar rígidos pensando siempre en no caer en el miedo o el desempoderamiento, sino todo lo contrario. Respirar, aceptar con amor nuestras circunstancias, soltar nuestros cuerpos y permitir que la energía universal fluya en su inteligencia y co-cree con nosotros los más íntimos deseos de amor. En definitiva se trata de entregarnos nosotros mismos ese amor que buscamos afuera. Energía de Amor, esa es la clave, eso creará algo nuevo, y este “algo nuevo” parte de lo más pequeño, de cualquier cosa, de lo que aún creemos que es insuficiente porque pensamos que en sí misma una transformación es algo grande e inalcanzable. Creo necesario que entendamos que lo que transformará nuestra conciencia no es aquello que creemos sino la energía de creación per se. Por lo tanto, lo que movilizamos al hacer cualquier cosa nueva en nuestra vidas, no es el producto sino la intención creadora que no es más que la conciencia de sabernos creadores y magos, en libertad y lejos de la peor esclavitud: CREER QUE NO SOMOS CAPACES DE CREAR. Si nos damos cuenta, cualquier limitación parte de una creencia.
Es decir, si llegamos a sentir que somos capaces de crear, eso es lo que sucederá. Crear cualquier cosa, pero crear permanentemente.

Crear un sueño en nuestros corazones, crear una nueva combinación en una receta de comida, crear nuevas formas de levantarnos en la mañana, crear nuevas formas de saludar a la gente,  nuevas formas de hablar, permitirnos creer que hay infinitas formas de entender tal o cual experiencia, etc., dejar los hábitos añejos y atrevernos a ser hombres y mujeres nuevos a cada instante. El temor surge cuando creemos ver en los ojos de los demás el juicio a nuestro cambio. Nosotros no nos permitimos ser nuevos humanos porque no queremos recibir el rechazo de los demás. No queremos escuchar, por ejemplo: ¡qué está raro fulanito de tal! ¡ya no es el mismo! Porque con esas sentencias se suma el hecho de dejar de recibir la aprobación de los demás, porque aún creemos que dicha aprobación es el sustento del amor, amor que aún no nos podemos dar por sí solos.

Podemos empezar con pequeñas cosas, con pequeños esfuerzos que rompan los hábitos diarios. Así, al darnos cuenta de cómo nos movemos día a día, alcanzamos la conciencia de cómo queremos ser y estar de aquí en adelante.
Atentos, en confianza y soltura, en auto-amor y sin juicio por nosotros mismos, podremos manifestar algo nuevo a cada instante, movilizando así la energía que en este momento nos ayudará a entender el mundo sin miedo, la energía de la creatividad, libertad y amor.

lunes, 12 de abril de 2010

Sincronicidad



 Sincronicidad es un término originariamente acuñado por Carl Jung que se  refiere a la unión de los acontecimientos interiores y exteriores de un modo  que no se puede explicar pero que tiene sentido para el observador, es  decir, ese tipo de eventos en nuestra vida que solemos achacar a la  casualidad, a la suerte, o a la magia.

 ¿Has experimentado alguna vez el placer de encontrar a la persona exacta que  necesitabas aparecida de la nada?, ¿o recibiste la llamada de alguien del  pasado de la que apenas unas horas antes te habías acordado sin motivo  aparente?, ¿o ese libro que encontraste al azar que responde a la duda que  te tenía bloqueado? La sincronicidad nos representa en el plano físico la  idea o solución que mora en la mente de la manera más fácil y sin apenas  esfuerzo. Se trata de vivir el mayor tiempo posible en ese “fluir” que hace  que la vida parezca una aventura permanente, un viaje de descubrimiento  constante sobre uno mismo, sobre los demás y el universo. Decir  sincronicidad es lo mismo que decir magia.

 Hay unas condiciones óptimas de manifestación, un estado mental propicio  para que puedan producirse y son los momentos personales intensos que nos  obligan a estar muy pendientes de las señales del exterior, los momentos en  que buscamos ayuda por intensas vivencias o crisis emocionales, los cambios  bruscos, los viajes, los momentos de peligro, las muertes de seres queridos.
 Los momentos en que nos olvidamos de la seguridad, de lo conocido y  trillado, del plan establecido, de lo que se supone que debemos hacer, son  los que nos sumergen en un estado de alerta y apertura perfectos para ser  consciente de esa dimensión simbólica de la vida que es la que al final nos  da la clave no sólo para la solución de nuestros problemas, sino para hallar  nuevas maneras de vivir intensa y conscientemente.
 La fé juega en esto un importante papel, la fé en uno mismo, en la fuerza  creativa del universo que nos guía exactamente a dónde queremos llegar, la  certeza de que si existe un miedo que nos bloquea, también hay un amor que  nos motiva a experimentar más allá de lo conocido; pero hemos de elegir la  aventura y no el hastío. Somos lo que pensamos, y experimentaremos esa magia  sólo si antes le damos la oportunidad creyendo en ella e invitándola a jugar  en nuestras vidas. Esos momentos difíciles o especiales nos han puesto en  ese estado de apertura y recepción, de nosotros depende que sigamos en esa  actitud de aceptación de esa fuerza universal que parece saber exactamente  lo que precisamos y nos lo brinda generosamente. No es ver para creer sino  creer para ver, pues lo que hay en nuestra mente es lo que hace que nos  atraigan y que nos veamos atraídos hacia lo que es análogo. Esa es la manera  en que todo se agrupa.

 La simbología y el sentido de estos acontecimientos nos da el mensaje exacto  que el universo representa para nosotros igual que si fuera una sesión de  cine particular. Las ideas poseen una vibración, a otros niveles tienen  forma y color que hace que atraigan lo análogo. Al atraer lo que se le  asemeja podemos leer en la materia lo que realmente pensamos sobre nosotros  mismos y del universo, y tomar decisiones sobre lo que deseamos ver  convertido en realidad y lo que no.

 Pero entonces me diríais ¿y porque no vivimos permanentemente en ese estado  idílico en el que todo se resuelve, en el que la información fluye, en el  que si fuera verdad seríamos como pequeños dioses creando lo que se nos  antojara?. Pues siempre depende de que en la mente haya mensajes positivos,  y emociones bondadosas en el corazón.

 1.- El estado fluido es de muy elevada vibración y de una conexión intensa  de mente y corazón, es decir, que el sentimiento es el que nos lleva a hacer  tal cual cosa, es el que - valga la redundancia- da “sentido” a la vida. El  sentimiento nos conecta directamente con el alma de las cosas y el  pensamiento debe de contenerlo y construir sobre él pero nunca dejar de  amarlo.

 Normalmente experimentamos desde la idea preconcebida y decidimos luego que  sentir por ella, emitimos un juicio antes de que la realidad se presente y  hace que no veamos lo que es sino lo que queremos ver, y la magia se  desvanece bajo el peso de la razón sin sentimiento por el miedo a lo  desconocido. El miedo y la duda corta el flujo instantáneamente.

 2.- El estado fluido está en permanente movimiento. Cada pieza del puzzle  aparece en el preciso momento con la condición de pillarnos conscientes,  despiertos, alertas y deseosos de recibirlas. Es como un juego en el que las  reglas se van desvelando a medida que avanzamos. Las piezas nos vienen en  forma de señales y analogías en la vida real y en forma de sueños mientras  dormimos. El desentrañar el significado de esas señales es como aprender a  descifrar las instrucciones del mapa del tesoro.

 Las actitudes derrotistas, la negatividad que lleva al cansancio, a la  rutina, a desear recibir constantemente en lugar de darse a uno mismo y a  los demás, generan estados de bloqueo e inactividad. Para ver las señales  hemos de hallarnos en camino.

 3.- Fluir es confianza, certeza en las propias posibilidades y en las de la  corriente creativa del universo. Fluir significa trabajar por ese estado  positivo interior que nos mantiene protegidos y dispuestos a abrirnos a  nuevas experiencias y milagros. Mientras nuestro discurso interno (y
 externo) sea “creo”, “puedo”, “confío”, “busco y encuentro”, “resuelvo”,  “disfruto”, “es posible” “si y además” y “me gusta”, todo irá bien sin  ninguna duda.

 Habitualmente los miedos, dudas y la falta de información de lo que  realmente somos capaces y de nuestra verdadera misión en la vida nos  bloquean y retrasan en el camino. Nos hacen mirar al pasado con  resentimiento y al futuro con cierto recelo. Aparecen los que yo llamo los  “isidoros” (¿y si me pasa esto o y si me equivoco?), los “esques” (es que no  sé, ya lo intenté pero...), los “siperos” y “noperos”, los “nopuedos”, los  “estoesimposible”, y los “esdifícil”, “estoesloquehay”, “nohayotraopción” y  demás programación negativa. Si eso hay en la mente, eso es lo que se  materializará.

 4.- Fluir no sabe de retenciones y por lo tanto tampoco del uso de la  fuerza, no es tanto vencernos sino convencernos, motivarnos y dirigirnos  hacia lo que deseamos ver convertido en realidad. La reina de la fluidez, el  agua, nunca se esfuerza demasiado en nada, busca siempre la salida hacia el  mar.

 Es muy común perdernos en luchar contra lo que queremos ver desparecer, lo  que lo hace mucho más grande. Transformar el muro en escalera para lograr  ver el otro lado suele ser mejor solución que darnos de cabezazos contra él.

 5.- Fluir es seguir fielmente la voz de la intuición y comprometernos con  ella; trabajarla hasta que sepamos distinguirla perfectamente de otras  voces. ¿y como saber lo que es intuición de la voz del Ego?. Igual que el  amor es el polo opuesto del temor, la intuición que viene de nuestro Ser  interno es el polo opuesto de la voz del ego que nos habla. Son lo mismo,  sólo que un polo es guiado por el amor y el otro por el temor.

 La intuición soluciona siempre para el mejor bien de todos, habla bajito,  viene en el momento oportuno y en sus ideas hay certeza y tranquilidad,  nunca ataca a nadie, y se mantiene en el presente. Es el amor dentro de  nosotros el que habla, lo que significa que se presenta en momentos de  intensa conexión interna, cuando nos sentimos entregados a la vida. Sus  soluciones son perfectas para ese momento. Suele ir seguida de un racional  “que tonterías se me ocurren” y la dejamos pasar.

 El ego habla alto y es repetitivo hasta la saciedad. Tiene miedo y se  defiende, sus ideas suelen ser del tipo ataque o huida, repasa sin cesar el  pasado y va creando expectativas de futuro. Es el que tiene miedo el que se  comunica, y por tanto sus soluciones nunca son definitivas y las situaciones  se repiten de nuevo. Curiosamente estamos más prestos a creer en éste otro  por ser lo conocido, lo que nos lleva a perder la oportunidad de  experimentar la magia de vivir en la incertidumbre. Aprendiendo a amarle,  educándole en la confianza y uniéndonos a él comienza la transformación  interna. La guerra debilita, ¡la unión hace la fuerza!

 Para terminar me gustaría citar a Deepak Chopra:
 “La incertidumbre de las cosas no despierta miedo en quien está en la  conciencia de la unidad, pues está seguro de si mismo. La voz de la verdad  interior dice: << abrazo a lo desconocido porque me permite ver nuevos  aspectos de mi mismo>>”....