MENSAJE DE FIN
AÑO
Este ha sido un año bastante intenso en
cuanto a trabajo y actividades encaminadas a apoyar los programas comunitarios
de la Fundación. Eso hizo que no se le
diera continuidad al programa de radio virtual, ya que el tiempo es muy escaso
y se multiplican las cosas que se deben hacer y escasos los espacios para
realizarlas. Eso nos muestra que debemos
replantearnos algunas cosas, pero mientras se mantenga andando el trabajo
comunitario en Ciudad Bolívar, este nos
dará una oportunidad única para transitar por los caminos de la
autorrealización y seguir desarrollando el trabajo personal que es en últimas, el
que nos debe preocupar a cada uno de los que pretendemos conquistar las cimas
del Espíritu Humano.
EL trabajo nos da oportunidad de reconocer
en nosotros todo lo que aún nos falta
por trascender, el trato constante con personas que pueden o no ser de nuestro
agrado, el encontrarnos con situaciones en las que debemos interactuar con
inteligencia y sabiduría, sabiéndonos llenar de paciencia y comprensión, el
tener que tomar decisiones con las que podamos estar confrontando nuestras
propias inseguridades, en fin, todo eso nos pone a prueba, nos lleva a
confrontarnos con nosotros mismos y a darnos cuenta de que clase de personas
somos, de cómo estamos actuando, de si de verdad estamos siendo capaces de trascender nuestras
propias limitaciones, miedos, inseguridades, etc.
Reconocer que esa es la verdadera tarea es
duro para algunos, pero esa es, además las pruebas no solo están en el trabajo,
sino en el hogar con las personas que
más cerca tenemos, con ellas confrontamos al verdadero ser que somos, con ellas
nos damos cuenta muy rápido de cuan tolerantes, amorosos, compasivos somos, o
cuan tontamente estamos actuando.
Si observamos que seguimos en crisis, que
nos seguimos sintiendo infelices, que nuestra vida carece de sentido, debemos
reconocer que estamos en problemas. Muchos sentimos en algún momento que se han dado pasos
importantes, que hemos avanzado y aprendido, pero esa certeza nos la dará tan
solo, el momento en que tengamos que enfrentarnos a las llamadas
circunstancias problemáticas y es allí donde
reconoceremos nuestro verdadero temple y el nivel en el que en realidad
estamos.
Lamentablemente suele no gustarnos lo que
vemos y como niños pequeños nos dedicamos a hacer pataletas, porque queremos
hacer nuestra voluntad y no la de quien nos dispensa la vida y nos brinda esa
maravillosa oportunidad de brillar con luz propia.
En esos momentos no hay nada más que
hacer, sino esperar a que se calmen las cosas,
generalmente nos dejaran sumidos en el silencio nuestras propias
cavilaciones, rumiando nuestros resentimientos, y, esperaran, prudentemente,
que en el transcurrir del tiempo volvamos a vislumbrar la luz que por cuenta
propia decidimos abandonar.
Siempre están esperando por nosotros,
siempre están pendientes de nuestros logros, que nos repongamos de las
situaciones en las que hemos elegido detenernos y retomemos nuevamente la senda
angosta y peligrosa, así la llaman las tradiciones antiguas, haciendo
referencia a que el camino es de los valientes.
Los cobardes no conquistaran sino desdicha y dolor.
Ser valientes implica desapegarnos, no
tanto de las cosas como de nuestras viejas costumbres, nuestras viejas formas
de ser, de actuar o de reaccionar ante los demás o las circunstancias. Eso es lo que cuesta trabajo, preferimos
decirnos más bien que somos como somos y nada nos hará cambiar, que
cambien los demás.
Veremos que la vida se encargará de todos
los casos y mucho mejor de los casos difíciles, somos arcilla en las manos del
Creador y si no nos queremos dejar moldear, hay muchas formas que nos llevarán,
quizá no tan gratamente a reconocernos en la Esencia Divina de Quién Realmente
Somos.
A todos ustedes les deseo una FELIZ NAVIDAD Y UN VENTUROSO 2014,
lleno de posibilidades infinitas para conquistarse a sí mismos.
Que el infinito Amor Divino se dispense a
raudales sobre todos y todas ustedes.
GONZALO
Bogotá,
D.C. Diciembre de 2013
1 comentario:
Gracias Gonzalito. Eres muy especial.
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