Llegó al fin el día del cuarto creciente, aquel esperado por nuestro organismo, sin que nuestra cabeza lo logre entender, con el fin de que podamos reinventar nuestra propia vida. Nadie por nosotros puede ser artífice de importantes cambios en lo profundo de nuestro ser como nosotros mismos. Hoy día del cuarto creciente, en el que nuestras células se disponen a morir a pasados y a declinar a cosas que no tienen sentido, vale la pena entrar Concientemente en esta nueva dinámica energética. Un día como este puede ser de gran estima para cambiar hábitos lesivos, costumbres insalubres, pero también ideal para implementar nuevas rutinas en los diversos aspectos de nuestra realidad. La clave está en morir a pasados y nacer a nuevos destinos.
Si logr
amos reconciliarnos con nuestro pasado, podremos hallar la senda de una vida plena.
Aporte de Ricardo Villalobos.
Aporte de Ricardo Villalobos.
