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lunes, 13 de febrero de 2012

PENSAMIENTO CONSCIENTE

El Tao Te King no es el único libro de Lao Tse. Existe otro libro que recoge las enseñanzas orales sobre la iluminación: es el libro de Hua Hu Ching.
Las enseñanzas del Hua Hu Ching poseen una enorme profundidad y una gran importancia, por ser literalmente para los seres humanos ordinarios un mapa de carreteras para alcanzar el territorio de lo divino. Como era tal vez de prever, el libro fue prohibido en una época de luchas políticas en China y se ordenó que todos los ejemplares fueran quemados. Si no hubiera sido por la tradición taoísta de transmitir oralmente has sagradas escrituras de maestro a alumno, se hubiera perdido para siempre. Aquí algunos fragmentos de estas sublimes enseñanzas:

Cualquier salida del Tao contamina el espíritu. La cólera es una salida, la resistencia es una salida, el ensimismamiento en uno mismo es una salida. A lo largo de muchas vidas el fardo de las contaminaciones puede hacerse grande.
Sólo hay una manera de purificarse de estas contaminaciones, y consiste en practicar la virtud. ¿Qué se quiere decir con esto?
Practicar la virtud es ofrecer desinteresadamente ayuda a los demás, dar sin limitación alguna el propio tiempo, capacidades y posesiones, en cualquier ocasión y lugar en que se necesiten, sin prejuicio alguno relativo a la necesidad de la persona que los necesita. Si tu disponibilidad a dar felicidad es limitada, también lo será tu disponibilidad a recibirla. Este es el sutil proceder del Tao. 

El ego es un mono que salta a través de la selva: totalmente fascinado por el reino de los sentidos, cambia de un deseo a otro, de un conflicto a otro, de una idea centrada en sí misma a la siguiente. Si lo amenazas, realmente teme por su vida. Deja partir a ese mono. Deja partir los sentidos. Deja partir los deseos. Deja partir los conflictos. Deja partir las ideas.
Deja partir la ficción de la vida y de la muerte. Permanece simplemente en el centro, observando.
Y después olvídate de que estás en él. tao3

La mayoría de las religiones del mundo sólo sirven para reforzar los apegos a los falsos conceptos como los del yo y otros, vida y muerte, cielo y tierra…
Quienes quedan atrapados en estas falsas ideas quedan impedidos para percibir la Unidad Integral. La suprema virtud que se puede ejercer es aceptar la responsabilidad de descubrir y transmitir la verdad total.
Algunos ayudan a los demás para recibir recompensas y admiración. Esto carece simplemente de sentido. Algunos se cultivan a sí mismos, en parte para servir a los demás, y en parte para servir a su propio orgullo. En el mejor de los casos, entenderán la mitad de la verdad.
Pero a aquellos que se mejoran a sí mismos por el mundo, a esos les será revelada toda la verdad del universo.
Así pues, busca esa verdad total, practícala en tu vida cotidiana y compártela humildemente con los demás. Así entrarás en el reino de lo divino.

La suprema verdad no puede expresarse en palabras. Por ello, el maestro supremo no tiene nada que decir. Simplemente se dona a sí mismo como servicio, y nunca se preocupa.

Si corriges tu mente, el resto de tu vida se armonizará. Esto es así porque la mente es el aspecto que rige la vida humana. Si el río fluye con claridad y limpieza a través del cauce apropiado, todo estará bien a lo largo de sus riberas. El Camino Integral depende de la disminución, no del aumento: Para corregir tu mente, confía en el no hacer. Deja de pensar en complicaciones y de aferrarte a ellas. Conserva tu mente desapegada y plena. Elimina la opacidad y la oscuridad mental. Mantén tu mente clara como el cristal.

Evita fantasear y deja que emerja tu pura percepción interior.

Calma tus emociones y mora en la serenidad. No te afanes en la adoración de ídolos, imágenes e ideas, sería como poner una nueva cabeza sobre la que ya tienes. Recuerda: si puedes cesar toda tu incansable actividad, aparecerá tu naturaleza integral.