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sábado, 12 de junio de 2010

LAS CLAVE DE LA VIDA


La clave para que vivas una vida larga y feliz es compartir, no poseer. Cambia las palabras que usas y modifica tu conducta. Al transformar la manera de hacer las cosas cambiará tu vida y restablecerás el equilibrio, para que te quede tiempo libre y te entregues a desarrollar la creatividad y talentos y explores el planeta, en vez de devorarla. Todo lo que le hagas al planeta te lo estás haciendo a ti mismo. Mira a tu alrededor… la devastación de los bosques y océanos de la Tierra te mostrarán las partes que estás destruyendo dentro de tu propio cuerpo.
Todos los desastres que están arrasando lo que encuentran a su paso en la actualidad, están apareciendo dentro de tu propio cuerpo físico y emocional. Te repito, explora el planeta, ella te está queriendo decir algo. Una vez que reconozcas la magia y la belleza de la naturaleza, ya no la podrás aborrecer ni destruir, sólo le amarás, y entenderás más allá de lo evidente que ella y tú son Uno mismo. Cualquier cosa que pretendas romper o echar abajo fuera de ti, lo estarás destruyendo adentro de ti. ¿Comprendes? Ama, no maldigas.
Vive en paz y armonía, ámate a ti mismo como a los otros y el cielo en la Tierra será tuyo. Vivir en paz sólo puede traerte más paz y riquezas más allá de tu imaginación. La paz es la respuesta a todos los males de la sociedad. El amor es la respuesta a todos los problemas de familia y de relación. La paz es la respuesta a tus aflicciones económicas. La coexistencia pacífica es el propósito de la vida y la razón por la cual estás en este bello planeta. Sin importar lo que ocurra en el mundo mantente calmado y centrado dentro de tu alma y siente la paz. Sólo a través de los sentimientos la paz puede emerger. Sosteniendo esa paz toca cada alma con la que entres en contacto; así diseminarás la armonía y alcanzarás el éxito al contrarrestar la maldad que hay en el planeta.
¿Qué es el éxito? Éste quizá tiene muy poco que ver con lo que te imaginas. No se debe a la sangre heredada; a la escuela donde estudiaste ni a los títulos que obtuviste. Tampoco se debe a las dimensiones de tu casa o de cuántos autos caben en tu estacionamiento. No se trata de si eres jefe o subordinado; o si eres miembro prominente de clubes sociales. No tiene que ver con el poder que ejerces, si eres un buen administrador, o si hablas bonito. No se debe a la ropa que usas, ni a los grabados que mandas bordar en tus trajes, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu estatus social. No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo; tampoco a la tecnología que empleas. El éxito se mide de acuerdo a cuánta gente te sonríe, a cuánta gente amas y cuántos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu.
Se trata de si te recuerdan cuando te vas. Se refiere a cuánta gente ayudas, a cuánta evitas dañar y si guardas o no rencor en tu corazón. Se trata de que en tus triunfos estén incluidos tus sueños. De si tus logros no hieren a tus semejantes. Es acerca de tu inclusión con otros, no de tu control sobre los demás. Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si amaste a la naturaleza y a los niños y te preocupaste de los ancianos. Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta. No es acerca de cuántos te siguen, sino de cuántos realmente te aman. No es acerca de transmitir, sino cuántos te creen si eres feliz o finges estarlo. Se trata del equilibrio de la justicia que conduce al bien tener y al bien estar. Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más, no de tener más. ¡Eso sí que es éxito!
La confianza, por otro lado, no es algo corpóreo en el mundo material, sino que se trata, más bien, de confianza en lo que se llama luz etérica. La confianza viene de una fuerza que es incomparable, inigualable. La confianza se convierte en la conciencia de que ya no puedes discernir entre tu propia luz y la luz del creador. Comienza a considerar la confianza como el saber que hay un panorama más amplio de lo que se puede ver a través de los cinco sentidos.
Debes permitir que la confianza sea la fuerza que te oriente. Comprende que la confianza es el puente entre tu persona y lo que crees que es un ser superior desconectado. Ese puente elimina esa desconexión. Ese puente te mantiene intacto para que la confianza sea la fibra que te permita experimentar vivir en más mundos a la vez. Es la fibra que sostiene el enfoque de la realidad que te da la claridad de que estás a cargo de tu propia vida. Cruzando ese puente, con sólo saber que está allí, la confianza te puede llevar a reinos con los que sólo soñaste en el pasado.
Cuando encuentres la pasión del viaje en el que te hayas embarcado no necesitarás más ayuda. No necesitarás que nadie te dé órdenes. No necesitarás más que la pasión que tienes por realizarlo. Cuando tomes conciencia de que no necesitas a nadie más para apoyarte salvo tu propia luz interna o pasión, entonces comenzarás a entender que todo lo puedes lograr. Sin la luz central brillando dentro de ti, sin saber cada paso que debes tomar, entonces la pasión tropezará. Nadie cae del sendero cuando se está en la pasión; pero si estás excitado o celoso, entonces puedes desviarte del sendero; ¿y qué es el sendero?, es el lugar por donde avanzas, hacia la conquista del mayor de tus deseos.
Ese viaje que has tomado está guiado plenamente por el hermoso amor o la pasión que puedes emanar. Le pondrás toda tu pasión y la sostendrás. Entrar a un sendero sin pasión es encontrarse vagando sin rumbo tratando de lograr una meta. Para que consigas cierta meta será de acuerdo a la cantidad de pasión que pongas en ella; si tienes poca pasión, eso es lo que puedes esperar del resultado. Si tienes gran pasión, es lo que recibirás. La pasión es la medida con la que puedes ver el resultado.
El silencio significa: la capacidad de pensar sin cabeza, la capacidad de volar sin alas, la capacidad de caminar sin pies, la capacidad de observar sin perturbar, la capacidad de escuchar sin interrumpir, la capacidad de palpar sin crear incomodidad, la capacidad de disfrutar de una flor sin robarle su aroma, y sobre todo, la capacidad de entrar en ti y ver tu realidad. La verdad sólo se puede conocer en absoluto silencio. No sólo el silencio de afuera es necesario, también el silencio interior. Si al cerrar tus ojos, tu mente está en silencio, la puerta está abierta para conocer la realidad que te anima a vivir. Esa única realidad que llena tu alma de luz y claridad. Sin el silencio, tu alma no tiene claridad, no tiene luz.
El silencio es la atmósfera que el amor necesita para que tu alma brille. El silencio en un lado y el amor en el otro le dan alas a tu corazón. Esa belleza y esa armonía han sido perdidas debido a la ira, al orgullo etc., eso es lo que significa la falta de silencio. Todas las preguntas están listas para ser respondidas sin importar qué profundas sean. Simplemente entra en la paz del silencio, calma ese mar de deseos, ese mar de ilusiones vanas, deja que la calma te invada, deja que el silencio te posea, en ese momento lo viejo desaparece y lo nuevo nace en ti. Recuerda: el silencio es el vientre de donde “nacen” los sabios.
Si deseas adquirir sabiduría, vuelve a nacer en medio del silencio. Solo así encontrarás tu razón de ser, la razón por la cual has nacido. Siéntate cómodamente, observa a tu alrededor, no juzgues, detente en tu afán, observa de nuevo, comprende que tu vida es un tesoro, deja tus preocupaciones a un lado; no hay necesidad de llevar un equipaje pasado, ya tu corazón tiene lo que necesitas en este viaje maravilloso que es la vida; deja el temor y permite que el silencio te posea, sólo en esa inmensidad podrás escuchar la voz de Dios dentro de ti llamándote a vivir plenamente, llamando para darte a conocer todos los misterios del universo y no solamente eso, también esa voz quiere darte a conocer el secreto de la vida eterna…
Quiero que sepas que el dinero también es una energía, y es un importante camino para el autoconocimiento. La relación que lleves con él es capaz de revelar muchas de tus emociones y tus actitudes en todas las etapas de tu vida. La importancia del dinero tiene implicancias profundas. El dinero está presente en todos los momentos de nuestra vida, en la educación, en la salud, trabajo, e influye fuertemente en nuestras relaciones. La forma de lidiar con el dinero puede decir mucho sobre la forma de ser y los valores que dirigen la vida de cada quien. Quien tiene problemas financieros, ciertamente tiene dificultades afectivas, pues eso demuestra que el intercambio está descompensado.
Quien siembra, recoge el fruto. Debes comprender que si piensas en algo, infaliblemente harás aparecer en tu vida acontecimientos o condiciones correspondientes a aquello que pensaste. El Universo está repleto de substancias invisibles esperando en todo momento para concretar exactamente aquello que pienses. ¿Por qué tienes dificultades con el dinero? Quizá porque la cultura te inculcó la creencia de que el dinero es sucio; que contiene impurezas. Es importante que mantengas un flujo constante de dinero; de esta forma estarás reconociendo que genera bienes individuales y también colectivos, y puedes servir a todos. Ser rico significa tener algo para dar y beneficiar al prójimo. Quien tiene la función de bendecir al prójimo lo hace con amor, y cuando pones en práctica ese amor, se transforma en riqueza.
El ambiente es proyección de tu mente, frecuentemente existen personas que no consiguen tener dinero al que tienen derecho, esto sucede porque en la profundidad del subconsciente consideran que el dinero es pecaminoso. Es imposible que prosperes si llevas en tu mente la idea de que el dinero mancha y deshonra. La imagen de que el dinero es sucio viene del deseo íntimo de utilizarlo para fines egoístas; por eso conserva siempre el bello deseo de utilizarlo para el bien de muchas personas. Para que el dinero, la salud y toda prosperidad lleguen a tu vida, tienes que estar reconciliado con todas las cosas.
El secreto de una vida mejor es la respuesta a todo lo que ha sido, a todo lo que es, y a todo lo que será. La felicidad está al alcance de todos. Aquello que sientes es un reflejo perfecto de lo que está en proceso de volverse realidad, porque lo que piensas, lo que sientes y lo que manifiestas, siempre coincide. Tú vas creando tu propio mundo a medida que transcurre tu vida. Siempre da el primer paso en forma decidida y con fe, no necesitas ver todo el camino que te falta por recorrer porque te desanimarás, tan sólo debes dar el primer paso, recuerda, el primer paso…
Casi todos ofrecen gran parte de sus pensamientos en respuesta a aquello que observan, así que, todo lo que eres, es el resultado de aquello que has pensado. La imaginación lo es todo; es el pre estreno de las atracciones de la vida. Dime, por favor, ¿te ha quedado claro que todo aquello que puedas concebir con tu bendita mente, lo puedes lograr o manifestar en la vida física? ¡Seguro que sí!
Practica las enseñanzas que te puesto a tu disposición y verás que más pronto que tarde tu vida cambiará… y como bien dice una de las canciones del “Tri”, que las piedras rodando se encuentran, seguro estoy un buen día podremos mirarnos directamente a los ojos para bendecirte desde lo más profundo de mi corazón.

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